La nueva técnica revierte los efectos de la radioterapia y mejora el aspecto de la piel

Los injertos de grasa tienen un gran potencial regenerador tras padecer un cáncer de mama

El Hospital Clínic de Barcelona presenta una nueva herramienta terapéutica para reconstruir la mama después del cáncer. Se trata de una técnica poco invasiva que permite, a partir de injertos de grasa, regenerar una zona sin necesidad de destruir otra, como se ha hecho hasta ahora con otras técnicas de reconstrucción mamaria. Joan Fontdevila, jefe del servicio de Cirugía Plástica del centro catalán, lidera un estudio que confirma los beneficios de esta innovadora técnica, tal y como ya se había observado anteriormente en la región facial. Las conclusiones de sus estudios fueron expuestas en el Congreso de la American Society of Aesthetic Plastic Surgery. La investigación se publicará el próximo mes de julio en la revista americana Aesthetic Surgery Journal.

Uno de los grandes retos de la cirugía reconstructiva es la reconstrucción del pecho tras un cáncer de mama, el tumor más frecuente en la mujer occidental. En esta línea trabaja el equipo de cirugía plástica del Hospital Clínic de Barcelona, que ha presentado esta mañana, de la mano del doctor Joan Fontdevila, una técnica de cirugía mínimamente invasiva que permite reconstruir la mama a partir de injertos de grasa, lo que supone un cambio de paradigma en este tipo de intervenciones, gracias al efecto regenerador de la grasa injertada. El protocolo de reconstrucción mamaria mediante injertos de grasa es fruto de un trabajo multidisciplinar donde participan oncólogos, ginecólogos, radiólogos y radioterapeutas, entre otros profesionales.

La técnica ha sido presentada esta mañana en el Hospital Clínic en un acto liderado por Joan Fontdevila, jefe del servicio de Cirugía Plástica del centro;Sergio Martínez Román, ginecólogo experto en oncología ginecológica; y Montserrat Muñoz, oncóloga y coordinadora del Comité Oncológico de Mama del Hospital Clínic. Al acto también han asistido Cèlia Escudero, presidenta la asociación gAmis (Grup d’Ajuda Mama i Salut); y la Sra. Silvia Rivas, paciente intervenida en el Clínic con esta técnica.

Hasta ahora en cirugía plástica, la reparación de un miembro dañado implicaba obtener tejido de otras zonas para llevar a cabo una reconstrucción, es decir, había que destruir en una zona para reconstruir en otra. En otras ocasiones reparar implica el uso de prótesis, o lo que es lo mismo, materiales sintéticos que simplifican el tratamiento pero pueden presentar más complicaciones que los materiales extraídos del propio cuerpo. Con la incorporación de esta técnica, basada en la aplicación de injertos de grasa a mujeres intervenidas por cáncer de mama, ya es posible hablar de regeneración de tejidos ausentes o dañados.

La reconstrucción del pecho tras un cáncer de mama es un ejemplo de las limitaciones que siguen teniendo los métodos modernos de reconstrucción: por un lado, las prótesis mamarias son el método más sencillo y menos traumático pero no se pueden aplicar a todas las pacientes pues en algunas la calidad de los tejidos tras la cirugía y la radioterapia las contraindica. Por otro lado, la reconstrucción con tejidos propios de la paciente como la piel de la espalda o del abdomen (técnica DIEP) suponen la necesidad de destruir en una zona para reconstruir en otra, es decir, crear más cicatrices. Por este motivo se ha despertado el interés por reconstruir la mama con injertos de grasa.

Se trata de un método quirúrgico sencillo, parecido a la liposucción. Con la ayuda de unas cánulas especiales el cirujano obtiene los injertos de grasa de debajo de la piel, en cualquier zona del cuerpo; una vez extraída, la grasa es procesada en el mismo quirófano con el fin de purificarla e inyectarla en el pecho afectado por la mastectomía, y sin necesidad de realizar ninguna nueva cicatriz. Asimismo, el daño en la zona donde se extraen los injertos también es mínimo, con cicatrices de menos de tres milímetros.

La operación dura dos horas y el tiempo de recuperación respecto a las técnicas tradicionales es mucho menor, lo que supone además una ventaja desde el punto de vista de gasto sanitario. De hecho, los beneficios que se obtienen van más allá del restablecimiento del volumen mamario, pues no sólo mejora la calidad de la piel alterada por la radioterapia y las cicatrices previas de mastectomía, además permite refinar los resultados obtenidos con otras técnicas de reconstrucción mamaria. Transcurridos unos meses puede ser necesario de repetir el proceso, según el volumen que presente el pecho sano.

“Con este nuevo procedimiento los cirujanos trabajan con tejido vivo manipulable que, una vez inyectado en la zona afectada, nutre el tejido receptor, mejora su calidad y produce, por tanto, una notable mejoría en el aspecto externo de la piel. Además, al no haber materiales sintéticos ni cirugías prolongadas reduce el riesgo de complicaciones graves y simplifica los controles médicos, por lo que se plantea como una opción terapéutica eficaz en la reconstrucción mamaria”, matiza el doctor Fontdevila.

En 2001, el equipo de cirugía plástica del Hospital Clínic de Barcelona empezó a trabajar en la aplicación de los injertos de grasa a nivel facial, basados en la experiencia del doctor Sydney Coleman de Nueva York. Tras los resultados obtenidos, el doctor Fontdevila y su equipo pusieron en marcha un proyecto de investigación financiado por el Fondo de Investigación Sanitaria sobre la aplicación de este método en la regeneración de las secuelas faciales de los pacientes con VIH. Tras cuatro años de estudio, sus conclusiones fueron expuestas en el Congreso de la American Society of Aesthetic Plastic Surgery en San Diego, donde el pasado mes de mayo el doctor Joan Fontdevila recibió el premio a la mejor presentación.

Las conclusiones de este estudio confirman que los injertos de grasa tienen un gran potencial regenerador y sus efectos se mantienen de forma duradera en el tiempo, al contrario de lo que se creía anteriormente. Los resultados de la investigación que ha sido financiada por el Fondo de Investigaciones Sanitarias serán publicados el próximo mes de julio la revista Aesthetic Surgery Journal de la sociedad americana.

Implicación de las células madre en el proceso regenerativo

Un posible implicado en todos estos resultados beneficiosos pueden ser las células madres adultas contenidas en la grasa, con las que no hay conflictos éticos como con las embrionarias. Por este motivo, el Hospital Clínic de Barcelona llevará a cabo investigaciones sobre cómo aprovechar las virtudes de las células madre de la grasa para potenciar estos efectos beneficiosos. En este sentido, destaca el doctor Fontdevila, “es posible que en un futuro no muy lejano, y gracias a la tecnología de bioingeniería tisular, realizar la reconstrucción de la mama a partir de muy poca cantidad de grasa, garantizando que se pueda realizar en un solo procedimiento”. A las células madre posiblemente se le unirán los factores de crecimiento del tejido y las matrices tisulares, nuevas armas biomédicas que llevaran junto a lo anteriormente mencionado a regenerar sin destruir.

Fuente: Hospital Clínic
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