Un estudio realizado por la Agencia de Salud Pública de Cataluña ha determinado que el 25% de niños con padres fumadores presentan los mismos niveles de exposición a la nicotina que un fumador activo. El informe, centrado en el consejo de los médicos hacia los progenitores, ha determinado que el 51% de los niños disminuyó de forma clara los niveles de nicotina en pelo.
El tabaquismo pasivo tiene efectos perjudiciales importantes para la salud de los niños, especialmente en bebés, debido a que la frecuencia respiratoria de los niños es más alta que la de los adultos y, por tanto, inhalan más tóxicos en relación a su peso y altura.
Los efectos del tabaquismo pasivo en bebés pasan por un aumento del riesgo del síndrome de muerte súbita, infecciones respiratorias agudas, infección meningocócica, agravación del asma, deterioro moderado de la función pulmonar, otitis media, irritación ocular, vías respiratorias altas y bronquiolitis.
La Agencia de Salud Pública de Cataluña ha realizado el estudio BIBE (por sus siglas en inglés, Breve Intervención en Bebés. Efectividad) que ha sido publicado en el número de marzo de la revista Journal of Epidemiology and Community Health, que evalúa la efectividad de una intervención breve para reducir el tabaquismo pasivo en bebés.
La muestra, formada por 1.101 bebés –hijos de padres fumadores–, ha sido analizada por 261 profesionales de pediatría en 83 centros de atención primaria. Los niños han sido divididos entre un grupo de intervención y un grupo de control.
En una submuestra de 253 niños se analizó la nicotina en el pelo, dado que cada centímetro de pelo recoge un mes de exposición.
Encontraron que el 79% de los infantes –8 de cada 10– tenían 1 ng/mg o más de nicotina, es decir, que estaban expuestos a unos niveles perjudiciales. El 25% de estos niños estaban muy expuestos: tenían niveles de exposición superiores a los 10 ng/mg, lo que equivale a un fumador activo.
Del total de casos, los investigadores encontraron que los bebés con una mayor exposición eran hijos de padres y madres de peor nivel socioeconómico. También manifestaban niveles más altos los que utilizaban medidas incorrectas para proteger del humo a los bebés y los que dormían en la habitación de los padres.
Consejos clave
A pesar de que la mayoría de padres y madres declaraban tomar medidas para evitar la exposición al humo del tabaco, a menudo no lo hacían correctamente. Por eso, el estudio se ha centrado en el consejo de los profesionales hacia los progenitores para que aprendan a evitar la exposición al bebé al humo del tabaco, como no fumando en el coche o dejando de fumar.
Al final del estudio, que duró seis meses, el 51% de estos niños disminuyó de forma clara los niveles de nicotina en pelo, y más del 50% de los participantes del grupo de intervención había mejorado las medidas que tomaba para evitar la exposición de los bebés tanto en casa (54%) cómo en el coche (51%).
A partir de los resultados se ha iniciado en Cataluña el programa “Infancia sin humo”, que forma parte de estrategias de prevención y control del tabaco de la Agencia de Salud Pública de Cataluña dentro del marco del reto de control de las adicciones del Plan Interdepartamental de Salud Pública (PINSAP).
Para extender este programa, se ha desarrollado un sistema de formación en línea basado en casos clínicos, que ha sido reconocido entre los proyectos premiados en la pasada Jornada del Plan de Salud 2014.
Referencia bibliográfica:
Ortega Cuelva, G., Cabezas Peña, C., Almeda Ortega, J., et al. “Effectiveness of a brief primary care intervention to reduce passive smoking in babies: a cluster randomised clinical trial” Journal of Epidemiology and Community Health (2015)