La Fundación Lilly ha reconocido las trayectorias de Luis Liz-Marzán y Carlos Simón en las categorías preclínica y clínica, respectivamente. El primero, por sus estudios en nanociencia y nanomedicina y potenciales aplicaciones en la detección, diagnóstico y terapia de enfermedades como el cáncer. El segundo, por sus trabajos sobre fertilidad humana e investigaciones para comprender el comportamiento del endometrio.
Los investigadores españoles Luis Liz-Marzán y Carlos Simón Vallés han sido galardonados con los Premios Lilly de Investigación Biomédica 2021. Estos reconocimientos, que no se pudieron conceder el año pasado por la pandemia y que celebran ahora su 20ª edición, destacan la trayectoria científica de excelencia de investigadores que contribuyen en nuestro país al desarrollo de la biomedicina y las ciencias de la salud. El acto de entrega de los premios se celebra este lunes, estará presidido por el ministro de Ciencia e Innovación, Pedro Duque, y contará con la presencia de la presidenta del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), Rosa Menéndez.
Liz-Marzán recibe el Premio Lilly en su categoría de Investigación Biomédica Preclínica “por sus investigaciones en el campo de la nanociencia y la nanomedicina”, según el fallo del jurado. Es el director científico del Centro de Investigación Cooperativa en Biomateriales (CIC biomaGUNE), profesor Ikerbasque e investigador principal en el Centro de Investigación Biomédica en Red, Bioingeniería, Biomateriales y Nanomedicina (CIBER-BBN).
Por su parte, Simón recibe el premio en la categoría de Investigación Biomédica Clínica “por sus trabajos pioneros en el estudio del endometrio humano y su funcionalidad”. Coordina el Grupo de investigación en Medicina Reproductiva del Instituto de Investigación Sanitaria de la Comunidad Valenciana (INCLIVA), es catedrático de Obstetricia y Ginecología de la Universidad de Valencia y fundador de la empresa de genética reproductiva Igenomix.
El director de la Fundación Lilly, José Antonio Sacristan, ha querido destacar los estudios de estos investigadores en nanociencias y medicina reproductiva por “el gran valor y prestigio que aportan a las ciencias de la salud en España”. Así, agrega que estos premios son “un referente en la comunidad científica” gracias a la trayectoria de los galardonados en sus 20 ediciones y por la composición del jurado que designa los reconocimientos”.
El equipo de investigación que dirige Liz-Marzán se dedica al estudio de las propiedades que tienen los materiales en tamaño nanométrico para ofrecer soluciones biomédicas en las áreas de diagnóstico y terapia.
Ilustración de los trabajos científicos del profesor Liz-Marzán. / Fundación Lilly
Según explica el experto, una de las líneas de investigación que se está llevando a cabo en su laboratorio consiste en la creación de “andamios” que, mediante nanosensores, observen de forma no invasiva cómo varían los tumores cuando se aplican estímulos externos.
“Podemos medir variaciones en el metabolismo de los tumores a través de nuestros sensores. También podemos, por ejemplo, mediante la aplicación de un fármaco, observar cómo afecta a la velocidad de la muerte celular o a la selectividad de las células cancerígenas frente a células sanas”, ha detallado en un encuentro con periodistas.
De forma general, el objetivo de su trabajo es entender cómo funcionan los nanomateriales de oro o plata para manipular su interacción con sistemas biológicos y buscar aplicaciones en los problemas médicos. No obstante, incide en que toda su investigación es in vitro “y no tenemos intención de trabajar in vivo”.
“Ofrecer el estudio personalizado de enfermedades tan graves y con tanta mortalidad, como el cáncer o las patologías neurodegenerativas, es un objetivo que no podemos perder. Es algo que mejorará la calidad de vida y que, con el gradual crecimiento de la esperanza de vida, resulta realmente estratégico para investigar”, concluye el profesor.
Los trabajos de Simón Vallés pretenden desenredar cómo funciona la fertilidad y la reproducción humana desde su primer estadio. El experto ha explicado cómo se han desarrollado sus investigaciones para conocer lo que él denomina la “caja negra de la vida”: la implantación del embrión humano en el útero materno, un instante que determina el éxito de la concepción y la salud del bebé.
Ilustración de los trabajos científicos del profesor Simón Vallés. / Fundación Lilly
Sus estudios han logrado descodificar cómo se comporta el endometrio a nivel celular y las características de la microbiota uterina. “Sabemos cómo el útero materno le envía una serie de moléculas para que pueda implantarse y cómo el embrión habla con ella para decirle si está bien o no. También cómo la madre prepara la primera capa del endometrio, que es el epitelio, para indicarle al embrión el momento más propicio para la implantación y cómo, después de la adhesión inicial, la parte inferior del endometrio regula cómo de profundo tiene que invadirla”, especifica Simón.
En esta línea, declara que las reproducciones asistidas son procesos “muy ineficiente”, al igual que la especie humana en el plano reproductivo.
Solo 4 de cada 10 mujeres que se someten a la asistencia reproductiva tienen un bebé en su primer ciclo.
Preguntados por cómo ha afectado la pandemia de covid-19 a sus investigaciones, Liz-Marzán señala que en este último año su equipo ha escrito más artículos, por lo que “puede parecer que hemos trabajo más, cuando no es así”.
Sí que reconoce que la covid-19 ha provocado “muchísima interferencia” con el trabajo diario, “para bien en la mayoría de casos, aunque también ha habido una inversión de artículos inútiles, por llamarlos así, que nos han hecho perder mucho tiempo”. En su caso particular, indica que ha trabajado como editor de estos artículos científicos, “algunos muy buenos y otros no tan buenos”.
Por su parte, Simón incide en que a pesar de la situación sanitaria, su equipo “siempre busca la forma de salir adelante y en todo tipo de situaciones”.
“Como estaba de moda todo lo que sea covid, el resto ha quedado un poco relegado y se han creado muchísimas publicaciones inservibles”, puntualiza, agregando que es una situación lógica “porque era un momento en el que todos estábamos avasallados por la situación”.