Más de un centenar de productos alimentarios dan positivo en test de detección de transgenes

Greenpeace ha presentado hoy la cuarta edición de la Guía roja y verde de alimentos transgénicos. El trabajo incluye novedades como la evaluación del seguimiento de la legislación de etiquetado, los resultados de analíticas de productos transgénicos y la evaluación de alimentos catalogados como “dietéticos".

Más de un centenar de productos alimentarios dan positivo en test de detección de transgenes

Ya es pública y está actualizada. El representante del sector de productores ecológicos, Juan José Viedma, y la delegada de la Confederación de Consumidores y Usuarios (CECU), Ana Echenique han sido los encargados de presentar la nueva guía de productos transgénicos.

Ambos especialistas han incidido en el hecho de que el cultivo de transgénicos supone un incremento en el uso de tóxicos en la agricultura, contaminación genética, contaminación del suelo, pérdida de biodiversidad, desarrollo de resistencias en insectos, riesgos sanitarios, y “otros efectos no deseados”.

La nueva guía, disponible de forma libre en la Red, es más completa que las anteriores y presenta los resultados de análisis de laboratorio en productos que han reflejado la presencia positiva de transgénicos. Además se muestra la existencia de productos cuya imagen se vende como respetuosa con el medio ambiente, pero que figuran en la lista roja de la Guía. Con la actualización del informe, muchas marcas de chocolate pasan a la zona roja y las cervezas, a la zona verde.

No a los transgénicos en el plato

“No nos oponemos a los transgénicos, ni a la investigación y utilización confinada en un laboratorio. Nos oponemos a la liberación de transgénicos al medio ambiente", declaró a SINC Juan-Felipe Carrasco, responsable de la campaña de transgénicos de Greenpeace.

“Como consumidores tenemos mucho que decir” apuntó Ana Echenique, “la única manera de consumir libremente es estar bien informado”. En la nueva guía figuran alimentos que contienen, al menos, un ingrediente o aditivo producido a partir de cultivos transgénicos, como la harina de soja, los aceites y las grasas vegetales, la lecitina de soja, algunos tipos de ácidos grasos, el almidón, la sémola de maíz o la glucosa.

En la lista verde están aquellos productos de los que Greenpeace ha recibido garantías por parte de los fabricantes de no estar modificados; en la roja, los productos cuyos fabricantes no garantizan la ausencia de transgénicos ni en sus ingredientes ni en sus aditivos, además de los que han arrojado resultados positivos en los análisis o los que directamente reconocen el uso de estos productos a través del etiquetado.

Sobre los daños en la salud de los transgénicos, Carrasco añadió que “aunque no hay datos de personas que hayan muerto por su consumo, tenemos pruebas de que no deberían comercializarse y deberían analizarse mucho más, ya que los efectos sobre el conjunto de los seres vivos son irreversibles e imprevisibles”.

En el campo español

Los principales cultivos transgénicos utilizados para la alimentación humana en la UE son algunas variedades de maíz y de soja que provienen de países que cultivan estos productos a gran escala o de los campos españoles. Según la organización ecologista, en España entran unos 6 millones de toneladas anuales de materias primas transgénicas. Además, el Gobierno ha permitido que se sigan cultivando unas 75.000 hectáreas de maíz transgénico que entran de forma masiva en la cadena alimentaria.

En enero Greenpeace, Amigos de la Tierra, la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos, Ecologistas en Acción y Científicos por el Medio Ambiente (CIMA) presentaron una Declaración de la sociedad civil sobre los transgénicos, que firmaron más de 300 investigadores.

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La guía completa en:

http://www.greenpeace.org/espana

Fuente: SINC
Derechos: Creative Commons
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