Los nuevos aceleradores lineales que se utilizan en radioterapia externa mejoran significativamente los tratamientos: definen con más precisión y eficacia la zona afectada por el tumor que se debe irradiar y reducen el riesgo de dañar tejido sano. Esto permite reducir los efectos secundarios que puede provocar la radiación.
Éstas son algunas de las conclusiones presentadas en la Jornada de actualización en nuevas tecnologías en radioterapia externa, que se acaba de celebrar en el ICO L’Hospitalet. El encuentro ha reunido a unos 80 expertos en Oncología radioterápica y Física médica de centros sanitarios de toda España, y ha servido para presentar los últimos avances tecnológicos en radioterapia.
Uno de los principales retos en Radioterapia es evitar variaciones en la posición de los pacientes que pueden comportar que la radiación no se aplique exactamente en la zona donde se debe. Esto es especialmente relevante cuando se trabaja con dosis muy altas y tumores muy pequeños o cercanos a órganos muy críticos, como serían los de próstata y los de cabeza y cuello cercanos a la médula, entre otros. La nueva generación de aceleradores lineales se dirige a evitar variaciones en la posición de los enfermos y mejorar la precisión.
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En la actualidad, existen cuatro tipos de Radioterapia:
1. Radioterapia de intensidad modulada (IMRT):
Se basa en la optimización mediante herramientas informáticas de los haces de radiación para adecuar la dosis a las necesidades de cada enfermo. El tratamiento es más preciso y localizado, ya que se incrementa la acción sobre la masa tumoral y se evita la afectación de los tejidos sanos. Se utiliza en tumores situados muy cerca de órganos críticos como la médula espinal o los nervios ópticos. “Hasta ahora la radioterapia en tumores de cabeza y cuello, por ejemplo, podía comportar efectos indeseables como una sequedad permanente de la boca porque la radiación afectaba las glándulas parótidas, responsables de la función salivaria. Con la IMRT reducimos la dosis que va a estas glándulas y se evitan los efectos secundarios”, explica Ferran Guedea, jefe del Servicio de Oncología Radioterápica del ICO l’Hospitalet.
2. Radioterapia guiada por la imagen (IGRT):
El acelerador lineal lleva integrado un equipo de imagen con rayos X y con un tomógrafo, lo que permite verificar la posición del paciente y la localización del tumor para mejorar la precisión. Básicamente se aplica en tumores de próstata.
3. Radioterapia sincronizada con la respiración:
En este caso, se sincronizan los movimientos respiratorios del paciente con la salida del haz de radiación, y monitoriza y compensa los movimientos del tumor durante la irradiación. Esto es especialmente importante en tumores pequeños de pulmón que requieren un tratamiento de alta precisión y del aparato digestivo, sujetos a movimiento durante el tratamiento, como consecuencia de la respiración del paciente.
4. Radioterapia estereotáxica extracraneal
Es una técnica muy precisa que permite aplicar elevadas dosis de radiación en una zona muy precisa. Se utiliza en cáncer de pulmón, hígado y hueso.
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El ICO es un centro de referencia en el ámbito de la oncología radioterápica. Desde mayo de 2007 ofrece a sus pacientes la radioterapia de intensidad modulada y la radioterapia guiada por la imagen y está elaborando los protocolos para aplicar la radioterapia sincronizada con la respiración y la radioterapia estereotáxica extracraneal.
Además, es el centro que trata a más pacientes en toda España (en 2006 se hicieron 4.315 tratamientos: 1.981 en L’Hospitalet, 984 en Girona y 1.350 en Badalona) y el que dispone de más aparatos. El ICO cuenta con la mayor concentración de aceleradores lineales de España: 5 en el ICO L’Hospitalet, 2 en el ICO Girona y 3 en el ICO Badalona. El último acelerador lineal adquirido permite hacer radiocirugía, radioterapia de intensidad modulada, radioterapia guiada por la imagen y radioterapia sincronizada con la respiración.