Las caras son “objetos” complejos que el cerebro humano percibe detectando relaciones entre rasgos (contorno craneofacial, dos ojos sobre una nariz y una boca) y agrupándolos en una “gestalt” (forma global). En la Universidad Autónoma de Madrid se analiza dónde, cómo y cuándo se produce la percepción de caras en nuestro cerebro.
En el Laboratorio de Psicobiología del Procesamiento de la Información Facial, situado en la Facultad de Psicología de la Universidad Autónoma de Madrid, se ha realizado un estudio electroencefalográfico con electrodos situados sobre el cuero cabelludo en lugares estandarizados internacionalmente para analizar el proceso de la percepción del rostro en el cerebro humano (Figura).
El estudio ha consistido en el registro de las ondas cerebrales producidas durante la visión de estímulos con rasgos faciales externos (pelo, orejas y barbilla) e internos (ojos, nariz y boca) presentados secuencialmente en la pantalla de un ordenador a distintos participantes en los dos órdenes alternativos posibles, seguidos en ambos casos (aleatoriamente) de un rostro que podía ser la “gestalt” resultante de la integración de los rasgos vistos previamente o (en el 50% de los casos) de un rostro con uno de los dos tipos de rasgos cambiado. Los estímulos faciales fueron elaborados digitalmente a partir de un catálogo de rasgos caucásicos utilizado en investigaciones criminológicas.
Las respuestas cerebrales (potenciales evocados) se registraron cada 4 milisegundos a lo largo de poco más de 1 segundo mientras los participantes (estudiantes universitarios sanos de ambos sexos) veían los estímulos y respondían mediante un teclado si el rostro completo presentado al final de cada secuencia estimular estaba compuesto o no por los rasgos faciales previamente vistos.
Los análisis de la actividad eléctrica cerebral promediada, teniendo en cuenta un elevado número de caras con cada orden de presentación, pusieron de relieve que cuando se ven en primer lugar los rasgos externos y después los internos (pero no al revés) se facilita la percepción de la “gestalt” facial resultante y la discriminación eficiente de los rostros completos “incorrectos” (que incluyeron un tipo de rasgos cambiado).
La importancia del orden de presentación se manifestó al comparar las respuestas a las caras completas “correctas” e “incorrectas” en la existencia de diferencias de voltaje de mayor amplitud y duración relevantes a partir de los 300 milisegundos sólo cuando se presentaban primero los rasgos externos.
Al analizar las respuestas ante cada tipo de rasgos inicialmente presentados, se observaron una onda cerebral registrada poco después de los 100 milisegundos, que reflejaba significativamente el procesamiento de los rasgos externos, y otra producida un poco después, alrededor de los 170 milisegundos, que daba cuenta del procesamiento selectivo de los rasgos internos: se interpretaron estas señales electrofisiológicas como marcadores, respectivamente, de la categorización de la cara en comparación con otros objetos y del procesamiento configuracional que permite la integración de rasgos faciales en una “gestalt”.
Se subraya que son regiones posteriores especializadas del cerebro humano, específicamente las cortezas occipito-temporales, las que perciben las caras individuales integrando sus características o componentes físicos diferenciales siguiendo probablemente un orden jerarquizado en un tiempo de poco más de dos décimas de segundo. Este trabajo ha sido publicado en la revista International Journal of Psychophysiology 68 y está firmado por Ela I. Olivares y Jaime Iglesias, profesores del Departamento de Psicología Biológica y de la Salud de la Universidad Autónoma de Madrid.
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Referencia bibliográfica:
Ela I. Olivares y Jaime Iglesias, “Brain potentials and integration of external and internal features into face representations”, International Journal of Psychophysiology 68 (2008) 59-69.