Nuevos avances en la predicción de los efectos de las armas nucleares

¿Hasta donde llegaría el área afectada por el impacto de un arma nuclear en una gran ciudad? ¿A dónde deberían acudir primero los equipos de emergencia? Según el físico Fernando Grinstein, del Laboratorio Nacional de Los Alamos (EE UU), todavía no se pueden resolver los problemas fundamentales pero ya tenemos los conocimientos previos para responder esas cuestiones.

Nuevos avances en la predicción de los efectos de las armas nucleares
El estudio trata de perdecir los efectos de las armas nucleares. Imagen: Joseph Thorton.

“La capacidad de predicción de los modelos más avanzados de hoy en día en las áreas urbanas necesita mejorarse, validarse y probarse”, afirma el físico Fernando Grinstein en relación a los efectos de las armas nucleares. “El trabajo en este campo se ha visto limitado por la escasez de una financiación constante”.

En la 62ª Reunión anual de la división de Dinámica de Fluidos de la American Physical Society (APS), que se celebra estos días en Minneapolis (EE UU), Adam Wachtor, un estudiante que trabajó con Grinstein en el Laboratorio Nacional de Los Alamos en Nuevo México (EE UU), ha explicado los esfuerzos que han invertido en mejorar la forma en la que los modelos rastrean el movimiento de la onda radioactiva transportada por el viento.

Los modelos de estos investigadores pueden rastrear las secuelas de una columna de gas caliente liberado por un pequeño dispositivo, de una tonelada de peso, en un asentamiento urbano a lo largo de tres metros.

Hasta ahora los modelos utilizan la dirección y velocidad del viento para dibujar el área coniforme que se vería afectada, pero los resultados de Wachtor demuestran esos modelos son demasiado simples en muchos aspectos. Por ejemplo, no incluyen la compleja dinámica de los movimientos del viento alrededor de los edificios, que puede concentrar las consecuencias en determinadas áreas.

En este trabajo también se indica que pequeñas variaciones en la dirección de ráfagas de aire y en la temperatura de la columna de gas liberada pueden tener un efecto a largo plazo en los patrones de contaminación.

Para la simulación de estos fenómenos se han aunado los esfuerzos de diversas instituciones (DHS-FEMA, los Laboratorios Nacionales, DTRA, NRL y algunas entidades privadas), y cada una de ellas se ha especializado en una parte concreta del proyecto. Otros estudios han mostrado que, dependiendo de la situación, los edificios pueden aportar un cierto grado de protección ante la radiación.

La esperanza de los investigadores que colaboran en este proyecto es poder proporcionar información práctica para guiar a los equipos de primeros auxilios. “Nos estamos preparando para una posible crisis”, afirma Grinstein, a pesar de lo difícil de imaginar que pueda resultar.

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Fuente: SINC
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