Un estudio liderado por el Instituto de Investigación del Sida IrsiCaixa ha identificado ocho moléculas que podrían servir para optimizar el diagnóstico del síndrome de fatiga crónica, que en España afecta a una de cada 1.000 personas. Los científicos admiten la necesidad de confirmar los resultados mediante estudios más amplios.
Expertos del Instituto de Investigación del Sida IrsiCaixa ha identificado por primera vez un grupo de ocho moléculas que los investigadores asocian a una peor respuesta inmunitaria de los pacientes con el síndrome de fatiga crónica (SFC).
“Las alteraciones de estas moléculas en las personas con SFC podría contribuir a mejorar la fiabilidad y la rapidez del diagnóstico de una enfermedad compleja y, hasta la fecha, mal definida molecularmente”, señala Julià Blanco, coordinador del estudio e investigador del Institut d’Investigació en Ciències de la Salut Germans Trias i Pujol en IrsiCaixa.
Actualmente, el diagnóstico del SFC se basa únicamente en la evaluación de los síntomas clínicos descritos anteriormente, después de descartar otras enfermedades. La diagnosis es poco cuantitativa y requiere pruebas de esfuerzo o neurológicas que pueden ser más molestas para el paciente que una extracción de sangre.
El estudio, publicado recientemente en el Journal of Translational Medicine, podría explicar también la mayor repercusión de algunas infecciones provocadas por virus en estos pacientes. No obstante, los científicos remarcan la necesidad de confirmar los resultados.
La relación con el sistema inmunitario
Desde principios de los ‘90, uno de los campos de investigación del SFC se ha centrado en estudiar la relación de esta enfermedad con el debilitamiento del sistema inmunitario. Su importancia radica en la coincidencia del inicio de los síntomas con infecciones víricas en un gran número de pacientes y en una mayor sensibilidad a determinadas infecciones, que apuntan, en general, a una disfunción del sistema inmunitario.
La tarea de los investigadores se centró en los marcadores virales e inmunológicos en pacientes afectados. Ante la imposibilidad de establecer una relación fiable con infecciones causadas por virus, y teniendo en cuenta la falta de una herramienta de diagnóstico molecular que permitiera caracterizar a los pacientes con SFC, los investigadores decidieron analizar y comparar más de 100 características del sistema inmunitario en personas afectadas y sanas.
El estudio permitió identificar la presencia de ocho moléculas que están alteradas en las personas con SFC tanto en los linfocitos T como en los NK, las células del sistema inmunitario encargadas de coordinar la respuesta inmunitaria y de destruir células malignas, respectivamente.
“La relación entre el SFC y el sistema inmunitario es fundamental para avanzar en la descripción completa del cuadro clínico del SFC”, puntualiza Blanco, “pero es necesario profundizar en el papel que desempeñan los sistemas neurológico, cardiovascular y endocrino, que también se ven afectados por esta enfermedad. Es posible que estas sean facetas diferentes con un origen común, que aún desconocemos”, concluye.
El síndrome de fatiga crónica es una enfermedad compleja que afecta a los sistemas inmunitario, neurológico, cardiovascular y endocrino de las personas que lo padecen.
Provoca un cansancio constante que no puede atribuirse a un esfuerzo reciente y que no mejora con el descanso. Por ello, los pacientes se ven obligados a reducir de forma significativa su actividad diaria.
Actualmente se desconoce el origen de esta enfermedad, que ocasiona una pérdida sustancial de concentración, intolerancia a la luz, al estrés emocional y a la actividad física.
También puede comportar dolor muscular y en las articulaciones, sensibilidades químicas múltiples y una sensación de estado gripal permanente. En España se estima que afecta a una de cada 1.000 personas.
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