Pequeños cambios en los vientos podrían haber llevado a un cambio climático abrupto glacial

Investigadores españoles y alemanes han realizado un trabajo conjunto en el que se muestra cómo, durante la última etapa glacial, pequeñas variaciones en los vientos de superficie podrían haber dado lugar a importantes cambios en las corrientes oceánicas del Atlántico Norte, e incluso haber influido en el cambio climático abrupto que tuvo lugar entonces.

Circulación oceánica del Atlántico Norte
La circulación del Atlántico Norte afecta al conjunto de las aguas oceánicas. Imagen: Andrew Ryzhkov.

Científicos de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) y del Instituto de Potsdam para la Investigación del Impacto Climático, en Alemania, han realizado una investigación en la que se señala que pequeñas alteraciones en los vientos superficiales marinos han podido jugar un importante papel en el cambio climático abrupto, ocurrido durante el último período glacial, cuyas causas no son aún del todo conocidas. La investigación ha sido publicada en la prestigiosa revista científica Geophysical Research Letters y ha recibido una mención especial por parte de la American Geophysical Union.

El trabajo, realizado por los investigadores Marisa Montoya y Anders Levermann, ha concluido que existe un punto a partir del cual una variación muy pequeña en la fuerza de los vientos de superficie marinos se ve correspondida con un cambio drástico en la intensidad de la circulación atlántica. Según Marisa Montoya, “si el clima glacial se hubiera encontrado próximo a ese umbral, esos pequeños cambios en los vientos podrían haber dado lugar a cambios climáticos abruptos en ese período”.

El estudio se ha basado en simulaciones climáticas del llamado “último máximo glacial” (el período de máxima extensión de las masas de hielos perpetuos, que tuvo lugar hace unos 21.000 años). Estas simulaciones han mostrado la existencia de un umbral a partir del cual una pequeña variación en la fuerza de los vientos de superficie trae consigo una importante alteración en la intensidad de la circulación oceánica. Los resultados apuntan a que estas variaciones en los vientos podrían haber tenido una especial relevancia en el cambio climático abrupto del último período glacial.

La simulación del clima durante el último máximo glacial es uno de los mayores retos que afrontan los expertos en esta área. La comparación entre los resultados de estas simulaciones con las reconstrucciones climáticas realizadas a partir de datos obtenidos de elementos naturales como los sedimentos marinos o el hielo más antiguo permite, por una parte, evaluar los modelos climáticos en condiciones independientes y distintas a aquellas bajo las que se construyen. Por otra, posibilita la obtención de hipótesis acerca de cuáles son los mecanismos físicos responsables de los cambios climáticos observados en las reconstrucciones.

Tanto las simulaciones como las reconstrucciones climáticas apuntan a que las variaciones en la circulación oceánica en el Atlántico pueden haber sido el principal mecanismo responsable del cambio climático abrupto durante el último período glacial. Esta circulación juega un papel fundamental en la regulación del clima a nivel global, ya que transporta grandes cantidades de agua relativamente cálida desde latitudes inferiores hasta las regiones más septentrionales, suavizando así el clima de países como Noruega o Irlanda, en comparación con otros lugares de la misma latitud, pero con climas mucho más severos, como Alaska o Nueva York. Este trabajo sugiere que los cambios en la circulación oceánica pueden haber estado producidos por variaciones en la intensidad del viento de superficie.

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Referencia bibliográfica:

M. Montoya; A. Levermann. “Surface wind-stress threshold for glacial Atlantic overturning”. ¨Geophysical Research Letters. 35, L03608, febrero 2008.

Fuente: UCM
Derechos: Creative Commons
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