La falta de usabilidad en las webs afecta más a las personas con limitaciones motoras, incluso a las que suelen trabajar con el ordenador y son capaces de manejar un ratón convencional. Así concluye un estudio del Instituto de Biomecánica de Valencia (IBV) que ha utilizado nuevas técnicas para medir la facilidad de uso de las aplicaciones web por parte de este grupo de población.
En el desarrollo de esta iniciativa, el IBV ha contado con usuarios que han participado en las pruebas de interacción con diversas páginas web diseñadas según los parámetros habituales que facilitan la navegación en internet, como la existencia de menús en varios niveles, los accesos directos de navegación o las barras de desplazamiento vertical.
“En la primera fase del proyecto se identificó la necesidad de incorporar nuevos aspectos para determinar de una forma más completa la usabilidad de una web o de una aplicación ya que un elemento clave en la usabilidad se centra en prestar más atención a lo que los usuarios hacen no a lo que dicen”, explica la directora de Personas Mayores y Atención a la Dependencia del IBV, Rakel Poveda.
De esta forma el Instituto de Biomecánica de Valencia ha puesto a punto una metodología novedosa que permite acercarnos a la usabilidad desde una perspectiva más amplia, aunando la obtención de datos tradicionales (como el tiempo que se tarda en realizar una tarea, el número de errores o la opinión del usuario) con otros más innovadores como la medida de la respuesta emocional (mediante electromiografía facial, respuesta galvánica de la piel y ritmo cardiaco), el análisis del comportamiento (con el movimiento de los ojos y del ratón sobre la pantalla) y el aprendizaje del usuario.
El estudio destaca que la presencia o no de los parámetros web analizados afecta principalmente a los usuarios con limitaciones motoras provocando variaciones en la respuesta emocional, en los patrones de estrategia visual, en el tiempo utilizado y en el número de errores cometidos al realizar una tarea.
Por otro lado, se ha detectado que no todos los parámetros web asociados a la usabilidad contribuyen positivamente a ésta. En concreto, la función “Ir arriba” no parece que influya positivamente en la facilidad de uso a pesar de que es recomendada en las pautas de usabilidad. O, en el caso de la estructura de los menús, se ha detectado que hay menús que aún no siendo fáciles de utilizar, son los preferidos por su estética y viceversa, menús muy sencillos que rechazan los usuarios por no contar con un diseño atractivo.
Adecuar las aplicaciones web a l@s usuari@s
“Los resultados obtenidos en el proyecto permitirán en un futuro próximo analizar de forma objetiva la usabilidad de aplicaciones y servicios web, así como la adecuación de dichos servicios a las necesidades y expectativas de cada perfil de usuario, ajustándose a sus capacidades y limitaciones”, ha explicado Rakel Poveda.
La mejora de la usabilidad y la accesibilidad de las aplicaciones informáticas y de la información contenida en la red facilita la integración social y la calidad de vida de las personas con discapacidad y de las personas mayores, evitando además la exclusión digital.
La discapacidad en brazos y manos por limitación de fuerza o problemas de coordinación tiene una importante repercusión en el acceso a la red a través del ordenador ya que genera problemas de manipulación y destreza, por ejemplo, con el teclado, ratón y otros controles. Una presentación de la información más fácil de comprender y una organización más intuitiva, reduciría la necesidad de recorridos del ratón por la pantalla, así como el número de errores (y por tanto de la necesidad de repetir ciertas indicaciones).
El proyecto MEUA, Mejora de la Usabilidad de aplicaciones informáticas y páginas web, ha sido financiado por el Ministerio de Industria, Turismo y Comercio, en el marco del Plan Avanza- Ciudadanía Digital.
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