Investigadores de la Universitat Autònoma de Barcelona, del ICMAB-CSIC, junto a varias empresas y coordinados por Endesa, han construido el cable para transporte de electricidad más avanzado y potente del mundo. Se trata de un primer prototipo de 30 metros construido con material superconductor. El nuevo cable ha batido el récord mundial de intensidad de corriente, 3200 Amperios rms, puede transportar una potencia eléctrica 5 veces superior a la de un cable convencional de cobre de las mismas dimensiones, y reducirá hasta en un 70% las pérdidas de energía de la red eléctrica.
Investigadores de la Universidad Autónoma de Barcelona, del ICMAB-CSIC, y de las empresas Labein Tecnalia y Nexans, coordinados por Endesa, han fabricado un cable de 30m de longitud, junto con sus terminales de conexión a la red, con un material superconductor de alta temperatura llamado BSCCO. Se trata del cable más avanzado del mundo a nivel de distribución (24kV), ya que acepta el valor más elevado de corriente que se ha obtenido hasta ahora, 3200 Amperios rms y, por lo tanto, puede transportar una potencia eléctrica de 110 MVA, unas 5 veces superior a la de un cable convencional de cobre de las mismas dimensiones.
El proyecto de cable superconductor de electricidad podría reducir las pérdidas de energía en un 50% e, incluso, en un 70% en algunos tramos de la red de distribución. Esta reducción de pérdidas implica un ahorro energético y una reducción significativa de emisión de CO2, según la distribución actual en la generación del sistema eléctrico español.
El hecho de que la tecnología superconductora permita transportar mucha más corriente eléctrica que los sistemas convencionales, la convierte en una alternativa viable a las necesidades de eficiencia del sistema eléctrico mundial, que canaliza actualmente el 40% del consumo de energía total. Se prevé que la demanda de energía del mundo se habrá duplicado hacia la mitad de este siglo. De este modo, los motores, los generadores, los transformadores y los cables superconductores, al ser más eficientes, permitirían satisfacer este incremento de la demanda energética a la vez que disminuirían la emisión de gases de efecto invernadero.
De hecho, el transporte de corriente eléctrica con materiales superconductores tiene importantes efectos para el medio ambiente, ya que permitirá reducir las emisiones globales de gases de efecto invernadero, aunque aumenten tanto la población mundial como el consumo de energía per capita, sobretodo en los países en vías de desarrollo. Se estima que el uso de sistemas eléctricos superconductores podría reducir fácilmente entre un 10 y un 15% el consumo de energía primaria sin reducir el consumo final de los usuarios. Esto es así porque, actualmente, se desaprovecha un 60% de la energía que se produce y, por lo tanto, hay mucho camino a recorrer para mejorar la eficiencia energética. Si Catalunya implementase de manera generalizada la tecnología superconductora, podría evitar, cada año, la emisión de más de 500.000 toneladas de óxidos de carbono.
La tecnología basada en materiales superconductores incrementa también la seguridad y la fiabilidad de las instalaciones de la red de distribución, ya que los transformadores son no inflamables. Además, se pueden instalar limitadores de corriente mucho más rápidos que incrementan el control de la red.
En el proyecto han participado los investigadores del Departamento de Física de la UAB Àlvar Sánchez, Carles Navau, Núria del Valle y Chen Du-Xing. El coordinador científico del proyecto ha sido Xavier Obradors, investigador del Institut de Ciència de Materials de Barcelona (ICMAB-CISC), en el Parc de Recerca UAB.
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