Retrasar la jubilación podría ser un mal menor

El bienestar de los pensionistas se degradará con las reformas que el Gobierno de España lleve a cabo para equilibrar las arcas. Sin embargo, el retraso de la edad de la jubilación es la medida menos mala, según una economista de la UPV/EHU.

Patricia Peinado.

Patricia Peinado, economista de la UPV/EHU, ha analizado los efectos del retraso de la edad de jubilación sobre la población. Según sus conclusiones, esta medida, junto con el incremento de los años cotizados, es la combinación que mejor compatibiliza el equilibrio financiero y el bienestar.

El trabajo de Peinado se basa en tres ensayos. El primero hace referencia al colectivo general de jubilados, y, bajo el título A dynamic analysis of the effects of pensioners’ welfare of social security reforms, ha sido publicado en Journal of Pension Economics and Finance. El segundo ensayo se ha centrado en las diferencias de género, y el tercero, en los pensionistas de viudedad.

También los futuros pensionistas

La investigadora ha considerado que los efectos de las reformas son dinámicos. Por esta razón, ha analizado la evolución del bienestar en función del tiempo, estudiando el impacto que el retraso de las reformas podría tener sobre los futuros pensionistas.

Dicha línea se ve reflejada en el estudio sobre el colectivo general de jubilados. Peinado ha analizado qué pasaría si se retrasara la activación de las reformas hasta el momento en que no hubiera financiación para pagar todas las pensiones. Esta decisión protegería a los pensionistas actuales, pero implicaría las mayores pérdidas de bienestar para las futuras generaciones. Según ella, retrasar la edad de jubilación es la medida que mejor afronta el desequilibrio financiero del sistema sin dejar de garantizar el bienestar, mientras que una reforma basada solo en el aumento del número de años computados sería la más perjudicial.

La ampliación del cómputo, dañina para todos

Estos resultados no distan mucho de los del ensayo dedicado a los efectos de la reforma sobre las diferencias de género. Para afrontar el desequilibrio financiero y a la vez reducir las diferencias de género, las medidas más adecuadas, de entre las propuestas por el gobierno, consisten en retrasar la edad de la jubilación y aumentar el periodo de contribución.

Una vez más, aumentar el número de años computados como única medida acarrearía los peores efectos para el bienestar de género. La propuesta del gobierno, sin embargo, se basa en las tres medidas mencionadas (retrasar la jubilación, aumentar el periodo de contribución e incrementar el cómputo). Aun combinándolas, el efecto sobre las diferencias seguiría siendo negativo.

Finalmente, el tercer ensayo, dedicado al colectivo de pensionistas de viudedad, combina el análisis dinámico con unas técnicas de simulación. Estas reconstruyen la Muestra Continua de Vidas Laborales o MCVL (un conjunto de microdatos individuales pero anónimos), con el propósito de calcular la evolución del bienestar. La ampliación del número de años computados del causante de la pensión supone una pérdida de bienestar también para los cónyuges viudos. Sin embargo, para paliar dicha pérdida, Peinado menciona la posibilidad de incrementar el porcentaje de la pensión del cónyuge fallecido correspondiente que es otorgada como pensión de viudedad.

Actualización injusta

Considerando los resultados de los tres ensayos, Peinado concluye, por lo tanto, que de entre las reformas propuestas por el gobierno para mantener el equilibrio financiero, el retraso de la edad de la jubilación y la ampliación del número de años cotizados al sistema es la combinación que mejor garantiza el bienestar de la población jubilada.

Finalmente, la investigadora observa que el actual modelo de actualización de las pensiones en España perjudica a los que las perciben. Dicho modelo obvia los incrementos de productividad de la economía, que mejoran el bienestar de la población activa. En consecuencia, la población jubilada debe sobrevivir con un poder adquisitivo que va degradándose a medida que el nivel de vida estándar de la sociedad se eleva.

Fuente: UPV/EHU
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