En un estudio colaborativo, con la participación del grupo de Micobacterias de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) junto al grupo de genética de Micobacterias de la Universidad de Zaragoza (UZ) y al Instituto Nacional de Salud Pública de Holanda (RIVM), se han estudiado bacterias tuberculosas aisladas de humanos que originalmente produjeron patología en animales.
Este trabajo, publicado en Veterinary Microbiology (Veterinary Microbiology 129 (2008) 333–341) por Mª Jesús García del Departamento de Medicina Preventiva de la UAM en colaboración con la UZ y el RIVM, estudia la bacteria que causa tuberculosis en vacas (Mycobacterium bovis) altamente relacionada con la que causa tuberculosis en humanos (Mycobacterium tuberculosis). En él se analiza si ciertos cambios en la localización de regiones móviles del genoma bacteriano en el cromosoma, han podido participar en que las bacterias se adapten del hospedador animal al hospedador humano.
Los investigadores observaron que el número de copias, de una de estas regiones móviles presentes en la bacteria, aumenta cuando los microbios pasan del animal al hombre. En la bacteria aislada del animal hay una sola copia, sin embargo en la misma bacteria aislada de humanos se contabilizan entre 3 y cinco copias de la misma región genética móvil. Curiosamente, la bacteria causante de la tuberculosis en humanos (Mycobacterium tuberculosis) tiene usualmente un número elevado de copias de dicha región en cada cromosoma, lo que puede sugerir que un incremento en su numero sea algo que necesite la bacteria cuando se encuentra en el ambiente humano.
Posteriormente, se intentó saber dónde se localizaban estas copias suplementarias en los cromosomas bacterianos, lo que se llevo a cabo secuenciando las regiones adyacentes del cromosoma. Las localizaciones encontradas fueron diferentes entre las bacterias aisladas de distintos pacientes, pero en algunos casos, las regiones móviles estaban situadas de tal manera que podían poner en marcha genes previamente inactivos en las bacterias de origen animal.
Resulta sorprendente el hecho demostrado de que las bacterias tuberculosas con elevado número de copias de esta región móvil se transmitan más fácilmente entre humanos que aquellas otras con un bajo número de copias. Es posible, por tanto, que dichas bacterias tuberculosas se adapten para sobrevivir en el humano modificando su genoma a través de multiplicar una determinada región genética, entre otros aspectos.
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