Técnicas alternativas para el tratamiento de la patología profesional en músicos

El ejercicio de la actividad profesional de los músicos acarrea en numerosas ocasiones el padecimiento de dolencias de diverso tipo que dependen del tipo de instrumento que se toque y de la mecanización de los movimientos que se realicen. En la actualidad, existen diversas técnicas convencionales y no convencionales para ayudar a estos profesionales a prevenir y tratar estas patologías.

Técnicas alternativas para el tratamiento de la patología profesional en músicos
Violinista en el ejercicio de su profesión

“Doctor, entonces… dígame, ¿qué debo hacer con el dolor de mi muñeca? Tengo una serie de conciertos y no me encuentro en condiciones para hacer esa gira”. Éste podría ser el punto crítico de una consulta con un paciente músico. ¿Qué respuestas se le pueden dar y cómo enfocar el tratamiento?

Para encontrar esas respuestas se requiere conocer el instrumento, el problema técnico y la obra que puede haber desencadenado el problema, lo que obligará a enfocar la anamnesis (entrevista clínica) y el tratamiento desde un punto de vista diferente.

Por ejemplo, un “codo de tenista” (epicondilitis) tiene unas implicaciones y consecuencias casi desastrosas en el caso de un concertista. Su grado de exigencia y de competitividad es máximo, cualquier factor externo que lo impida provocará una pérdida en su confianza, en su competitividad y en la capacidad para expresarse adecuadamente a través de su instrumento.

La actividad del músico requiere una gran precisión motora, equivalente a la de un deportista de élite. Esa precisión se basará en destreza de la motricidad fina, mecanizada tras horas, días, semanas o incluso meses de cuidadoso estudio. Las horas diarias que requiere un músico antes de poder interpretar una obra en público implican factores como la lectura y comprensión estructural de la obra, la mecanización de gestos y movimientos, o la aportación interpretativa y artística.

La fase de mecanización de gestos y movimientos es el punto clave en la prevención de las posibles patologías en el músico. Quizás éste es el momento en el que el intérprete preste menos atención a las actitudes posturales y sus correcciones, preocupado por pasar a la fase de la aportación interpretativa para expresar artísticamente lo que ha estudiado. Si la mecanización de gestos y motricidad fina es adecuada, se reducirá la posibilidad de una patología ocupacional. En el caso contrario, esos patrones mal aprendidos, automatizados y memorizados, influirán negativamente, y retroalimentarán la posibilidad de aparición de la misma.

Diversas técnicas convencionales y no convencionales pueden ayudar al músico a prevenir su patología, desde unos simples y adecuados estiramientos hasta la aplicación de la técnica Alexander, la reeducación postural global o la homeopatía.

De su experiencia como médico de músicos, el Dr. Yerko Pétar Ivánovic Barbeito, profesor de la Universidad Complutense de Madrid, puede afirmar que muchas de las patologías cronificadas y complicadas pueden ser tratadas eficazmente, añadiendo terapias no convencionales en rehabilitación.

Merece mención aparte la distonía focal, la patología más compleja a la que los médicos se pueden enfrentar en un paciente músico. Es fundamental tratarla desde sus inicios para conseguir resultados aceptables, corrigiendo los movimientos automáticos y anormales, así como el temblor esencial que padece el músico cuando intenta tocar el instrumento.

Por ello, la Escuela Complutense de Verano 2008 ha organizado un curso sobre patología profesional en músicos que tendrá como objetivo informar, tanto a músicos como a médicos, de cómo prevenir y tratar estos problemas, cubriendo un vacío formativo importante en este ámbito.

Fuente: UCM
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