El primer CAR-T desarrollado íntegramente en Europa ha sido autorizado para su uso en pacientes al haber demostrado su seguridad y eficacia en un ensayo clínico. Esta terapia avanzada de fabricación no industrial permitirá tratar la leucemia linfoblástica aguda resistente a tratamientos convencionales que hasta ahora no tenían más opciones terapéuticas.
La Agencia Española del Medicamento y Productos Sanitarios (AEMPS) ha aprobado el uso como medicamento de terapia avanzada de fabricación no industrial el CAR-T ARI-0001, desarrollado por el Hospital Clínic, para su utilización en pacientes mayores de 25 años con leucemia linfoblástica resistente a los tratamientos convencionales.
Se trata del primer CAR-T desarrollado íntegramente en Europa que es aprobado por una agencia reguladora. La autorización excepcional de uso supone un hito en España, pues es el primer tratamiento con células modificadas genéticamente que lo consigue.
César Hernández, jefe del departamento de medicamentos de uso humano de la AEMPS, apunta que “la autorización de uso que se concede debe permitir tanto el acceso de pacientes que no tienen otras alternativas de tratamiento, como continuar generando conocimiento sobre el medicamento para que, eventualmente, se consiga una autorización de comercialización centralizada para toda Europa”.
El CAR-T (Chimeric Antigen Recetor T-Cell) es un tipo de terapia celular y génica en la que el paciente se convierte en su propio donante. Consiste en modificar los linfocitos T de este para que tengan la capacidad de atacar a las células tumorales. “En nuestro caso, el CART se ha desarrollado a partir de un anticuerpo propio creado en el hospital hace más de 30 años al que le encontramos una nueva aplicación", explica Manel Juan, jefe del Servicio de Inmunología en el Centro de Diagnóstico Biomédico del Clínic.
Mediante la aféresis –una técnica que permite la separación de los componentes de la sangre– se obtienen los linfocitos T, un tipo de glóbulos blancos encargados de la respuesta inmunitaria. Estos se reprograman genéticamente para que, cuando sean transfundidos de nuevo al paciente, puedan reconocer específicamente las células tumorales y atacarlas. Pasadas tres semanas se puede observar la respuesta en el paciente.
Con el objetivo de poner a disposición de los pacientes este tratamiento, el equipo de Juan desarrolló un nuevo CAR-T CD19 a partir del anticuerpo monoclonal propio para modificar los linfocitos T. Los estudios preclínicos demostraron que el CAR-T ARI-0001 era capaz de controlar por completo la progresión de la enfermedad en modelos animales y que su eficacia era similar a la de otros CAR-T disponibles.
“El método de preparación utilizado para la obtención de nuestro CAR-T es robusto y reproducible, y permite rebajar el coste de producción de la terapia para hacerla asequible a las instituciones académicas y que esté disponible para todos los pacientes”, apunta Juan.
La leucemia linfoblástica aguda (LLA) es uno de los cuatro tipos principales de leucemia y se caracteriza por una producción excesiva de linfocitos, o glóbulos blancos, inmaduros que se multiplican de forma rápida y desplazan a las células normales de la médula ósea.
Aunque en la mayoría de los casos se consigue una remisión completa con quimioterapia o trasplante de médula ósea, entre un 10 y un 15 % de los pacientes fallecen por resistencia al tratamiento, por su toxicidad o por una recaída. Cuando las opciones de tratamiento se agotan, hacen falta soluciones menos tóxicas y más dirigidas en las que la inmunoterapia puede tener un papel fundamental.
El ensayo liderado por Julio Delgado, del Servicio de Hematología del Hospital Clínic, y Susana Rives, del Servicio de Hematología del Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona, se puso en marcha en julio de 2017. En el estudio se incluyeron 58 pacientes adultos y pediátricos, de los que 38 con LLA fueron tratados con el CAR-T desarrollado en el Clínic. Todos los pacientes habían recibido varias líneas de tratamiento y la gran mayoría habían sido trasplantados de médula ósea, es decir, no tenían alternativas terapéuticas disponibles.
La infusión del CAR-T y el manejo posterior de los pacientes se realizó en ambos hospitales. Los pacientes permanecieron ingresados en las salas de hospitalización para el control de las toxicidades asociadas. Algunos pacientes tuvieron que ser trasladados a una Unidad de Cuidados Intensivos.
Los resultados del ensayo demuestran que el CAR-T ARI-0001 produce una respuesta completa en más de una 70 % de los pacientes, esto significa que no queda enfermedad residual. Álvaro Urbano-Ispizua, director del Instituto Clínic de Enfermedades Hemato-Oncológicas, subraya que el tratamiento “es seguro y muy eficaz, con unos resultados comparables a los descritos para otras terapias CAR-T. Esta terapia cubre una necesidad no cubierta para el tratamiento de pacientes con LLA, en concreto para aquellos pacientes adultos y refractarios a los tratamientos disponibles, para los que no había ninguna otra opción”.
“El hecho de producirlo en nuestro propio hospital hace que podamos prepararlo en muy poco tiempo, un aspecto fundamental teniendo en cuenta la fragilidad de muchos de estos pacientes. Además, podemos adecuar el tratamiento en función de las características del paciente. Por otro lado, al tener el producto en nuestras manos, podemos modular la cantidad de CARTs a administrar o repetir la dosis, si fuera necesario”, concluye Urbano-Ispizua.
El Proyecto ARI nació del sueño de Ari Benedé, una chica diagnosticada de este tipo de leucemia que murió el 2 de septiembre de 2016. Ella y su madre, Àngela Jover, pusieron en marcha este proyecto, basado en dos líneas de actuación: la investigación, centrada en la implantación en el Clínic de los CARs, y la asistencia, con el objetivo mejorar la atención domiciliaria de pacientes oncológicos y hematológicos. Recaudó cerca de 1,8 millones de euros provenientes de empresas, fundaciones y asociaciones y particulares.