El satélite SMOS, que medirá la humedad del suelo y la salinidad de los océanos, ya se encuentra en la torre de lanzamiento del cosmódromo ruso de Plesetsk, desde donde partirá hacia el espacio el próximo 2 de noviembre. Este proyecto de la Agencia Espacial Europea (ESA) está liderado por primera vez por científicos e ingenieros españoles, que hoy se han reunido en el Centro Europeo de Astronomía Espacial (ESAC), cerca de Madrid.
“El proyecto SMOS es muy importante para este centro, ya que tiene la responsabilidad de recibir y procesar los datos de la misión”, destacó hoy el director de ESAC, Vicente Gómez, durante una sesión informativa en el centro de la ESA en Villanueva de la Cañada (Madrid).
El satélite SMOS se lanzará, junto al demostrador tecnológico Proba-2 (con 17 desarrollos tecnológicos y cuatro experimentos científicos a bordo), en la madrugada del 2 de noviembre desde el cosmódromo de Plesetsk (Rusia). Se trata de la primera misión en la historia dedicada a medir la humedad del suelo y la salinidad del océano a escala global, con una exactitud jamás alcanzada. SMOS (Soil Moisture and Ocean Salinity) generará mapas globales de humedad de la tierra y salinidad de los mares con una resolución de 50 kilómetros y una frecuencia de observación de 3 días.
Jean-Jacques Dordain, Director General de la ESA, ha destacado durante el encuentro la importancia de SMOS para los estudios sobre el cambio climático y el calentamiento global, y ha señalado que el proyecto “es importante para la ESA y muy importante para España”, ya que su industria aeroespacial ha demostrado ser altamente competitiva. Dordain también ha agradecido el incremento de las inversiones del gobierno español en el espacio durante los últimos años.
Por su parte, Teresa Santero, Secretaria General de Industria y Jefa de la Delegación de España en la ESA, ha señalado que SMOS “no es un satélite más, sino que representa el primer gran proyecto internacional en el sector aeroespacial liderado por España”. En esta iniciativa han participado once empresas españolas, y según han destacado algunos de sus representantes se han conseguido “varios hitos” para la industria nacional, como conseguir la contratación principal de la carga útil, la construcción de los “ojos” del SMOS (los sensores LICEF, Light Cost Effective Front-end) y la gestión del centro de procesamientos de datos de la misión.
La importancia de MIRAS
“A diferencia de otras misiones, SMOS está equipado con un único instrumento: MIRAS (Microwave Imaging Radiometer with Aperture Síntesis: Radiómetro de Microondas basado en la Síntesis de Apertura), compuesto por una unidad central y tres brazos de 8 metros de envergadura en forma de ‘Y’ en los que se sitúan los sensores”, ha indicado a SINC Guillermo Buenadicha, ingeniero de operaciones del instrumento principal de SMOS.
Los primeros estudios de viabilidad de MIRAS se realizaron en 1992, según ha explicado Manuel Martín Neira, ingeniero principal del instrumento en SMOS, quien ha recordado emocionado a todas las personas (incluidos varios becarios) e instituciones implicadas en el proyecto a lo largo de estos años, en los que no han faltado momentos difíciles.
Una de las situaciones “desesperadas” se superó gracias al profesor Corbella de la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC), “que logró enlazar la radioastronomía y la teoría de circuitos de microondas desarrollando una ecuación que lleva su nombre: la ecuación de Corbella, que dio luz al proyecto”.
Hasta ahora los radiómetros de microondas utilizaban grandes antenas de barrido para generar una imagen, pero SMOS utiliza una serie de pequeñas antenas con un campo de visión ancho para obtener una buena cobertura. Las mediciones se realizan en la banda-L (entre 1.400 a 1.427 MHz), ya que la atmósfera es transparente a esas frecuencias y se pueden tomar medidas directamente de la superficie de la Tierra.
Más información sobre el calentamiento global
Los datos del satélite se enviaran a una antena situada en Svalvard (Noruega) y a otra en el centro de ESAC, donde también se procesarán los datos. Las medidas interferométricas tomadas por SMOS detectan la radiación emitida por la Tierra, que depende de las propiedades dieléctricas del medio emisor Éstas, a su vez, están relacionadas con la cantidad de agua del suelo o la sal del mar, por lo que indirectamente se pueden conocer esos dos parámetros.
Jordi Font, del Institut de Ciències del Mar del CSIC y co-director científico de SMOS, ha explicado que la humedad del suelo y la salinidad de los océanos son dos variables clave en el control del ciclo del agua, y que el conocimiento de la variabilidad de la salinidad es fundamental para entender el papel de los mares en el sistema climático de la Tierra.
La información que proporcione el satélite SMOS, uno de los Earth Explorer de la ESA, puede ayudar a responder preguntas relacionadas con el calentamiento global, en relación a si se está acelerando el ciclo del agua, o si puede afectar este cambio a la disponibilidad de agua para el consumo humano y la agricultura. Font ha destacado que los datos del satélite pueden ayudar a establecer riesgos de inundaciones en determinadas zonas, o incluso a predecir mejor fenómenos como El Niño, “de un impacto enorme a nivel económico y social”.