Un atún rojo marcado por técnicos del centro tecnológico AZTI y liberado frente a la costa de Zarautz (Gipuzkoa) en agosto de 2007 ha sido recuperado en Malta, tras haber cruzado el océano Atlántico en dos ocasiones con el fin de pasar el invierno en la costa norteamericana y el verano en la europea. De los siete años y medio en los que ha vivido en libertad, la marca electrónica que portaba ha recogido información durante más de cuatro años. Los datos obtenidos en este tiempo permitirán conocer detalladamente su migración.
Contaba con un año y pocos meses de edad, pesaba algo más de cinco kilos y medía 65 centímetros en el momento de su suelta. Cuando fue recogido siete años y medio después, su longitud era de 2 metros y pesaba 160 kilos. Se había convertido en un ejemplar adulto capaz de reproducirse.
El hallazgo se produjo en la granja marina ADJ Tuna, ubicada en Malta. El cimarrón había llegado hasta allí tras ser capturado mediante pesca de cerco en la costa sur del país mediterráneo y ser trasladado a la granja para su engorde.
En el momento de la recaptura dentro de la granja marina, se encontraba en el lugar una observadora de la Comisión Internacional para la Conservación del Atún Atlántico (ICCAT), que procedió a recoger con rigor los datos de la recaptura y la marca electrónica. La marca era de tipo archivo interna; es decir, alojada en el vientre. Contaba con sensores que miden variables como temperatura del agua, intensidad de luz y profundidad.
La participación de los pescadores, o en este caso la observadora de ICCAT, es determinante en estos casos, pues estas marcas solamente se recuperan si la persona que las encuentra las remite al centro investigador correspondiente. De ahí que las marcas, tanto internas como externas, cuenten con una recompensa para incentivar así su devolución y que el esfuerzo de las campañas no resulte baldío.
El período más largo de marcado en atún rojo juvenil
Es la primera vez que se recupera un atún rojo juvenil que haya permanecido en libertad más de siete años con la marca en su interior y que haya sido lanzado al mar en el Atlántico o mares adyacentes. La probabilidad de recuperar marcas colocadas en ejemplares pre-adultos es muy baja, lo cual pone de manifiesto la gran importancia de la marca de AZTI encontrada, que ha almacenado datos durante 1.593 días (4,3 años).
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Esta duración ha marcado un hito en las investigaciones con atunes rojos pre-adultos. Según los registros científicos, el mayor periodo anterior se encontraba en un ejemplar juvenil capturado tras cinco años en libertad y cuya marca recogió información durante poco más de tres años.
De la información extraída de la marca se deduce su posición aproximada. Los investigadores de AZTI, en una primera estima, han determinado que hasta los dos años de edad, el animal se desplazó al centro del Atlántico Norte durante el invierno, y posteriormente retornó al golfo de Vizcaya en verano. Con tres y cuatro años, el animal atravesó el océano Atlántico para pasar el invierno en la costa norteamericana, tras lo cual retornaba a la costa europea sin entrar en el Mediterráneo.
La etapa joven, la más desconocida
Las investigaciones sobre atunes rojos juveniles resultan de especial importancia por ser la etapa más desconocida de la especie y la que incorpora nuevos individuos que mantienen la población. El golfo de Vizcaya es zona de migración de juveniles de cimarrón. Los ejemplares de un año provienen del Mediterráneo y vienen a alimentarse. El mencionado golfo resulta ideal para el estudio del atún rojo pre-adulto y ha servido para calcular un índice de abundancia de juveniles que ha permitido evaluar y gestionar el stock oriental de atún rojo.
El cimarrón es una especie emblemática que llama la atención por el gran tamaño que alcanza –más de 3 metros de largo–, con evidencias prehistóricas de su pesca y que en la actualidad sigue siendo muy apreciado. Esto hace que su adecuada gestión sea sumamente importante. Para ello, y teniendo en cuenta su gran capacidad de migración -que va cambiando con la edad-, los científicos recurren a métodos como el marcado como apoyo a la evaluación de los dos stocks del Atlántico Norte.
El marcado del ejemplar encontrado en Malta se llevo a cabo por científicos de AZTI a bordo del barco de cebo vivo Nuevo Horizonte Abierto, dentro de un proyecto promovido por la Unión Europea y los gobiernos vasco y español, dentro de un programa de recolección de datos de la población. El proyecto se realizó en cooperación con investigadores del Instituto Español de Oceanografía (IEO) de Santander.
La definición precisa de la estructura poblacional y migraciones resultan importantes para minimizar la incertidumbre en la evaluación y la consiguiente gestión. Por ello y debido a la imposibilidad de realizar campañas directas, los investigadores necesitan complementar la información pesquera con una gran variedad de estudios adicionales; entre ellos y con el fin de conocer cual es la estructura poblacional del atún rojo, se están realizando estudios utilizando diversas metodologías tales como microquímica, genética, marcado, etc. En este gran puzzle, el marcaje y esta recaptura constituyen una pieza de gran valor para mejorar el conocimiento científico de esta especie de tanto valor.