Un equipo de investigadores del Laboratorio de Automóviles de la Universidad Politécnica de Valencia, adscrito al Instituto de Diseño y Fabricación (IDF) ha desarrollado un estudio en los últimos tres años para mejorar la seguridad pasiva de los vehículos adaptados a personas con alguna discapacidad.
A partir del estudio, han elaborado un Código de Buenas Prácticas aplicado al diseño y la instalación de las adaptaciones de mandos, con el objetivo de mejorar la seguridad pasiva de los vehículos y reducir el nivel de riesgo de los conductores discapacitados en caso de producirse un accidente.
Los investigadores valencianos han definido y caracterizado los riesgos potenciales de los daños que pueden causar las ayudas técnicas a la conducción instaladas en un vehículo adaptado sobre sus ocupantes en caso de producirse un impacto frontal, lateral o posterior -por ejemplo pomos, telecomandos, aros concéntricos en volante o palancas de freno y/o acelerador.
El Código podrá ser utilizado por los fabricantes e instaladores de adaptaciones de mandos, fabricantes de vehículos, los propios usuarios y, sobre todo, la administración que tenga que velar por verificar el mantenimiento de la seguridad en todo tipo de vehículos adaptados.
En su estudio, los investigadores del IDF de la Politécnica de Valencia establecen recomendaciones sobre cómo diseñar las adaptaciones que tengan que interactuar con los sistemas de seguridad originales del vehículo (airbags de volante, rodilla, cortinilla, de asiento, cinturones, reposacabezas, etc.), en caso de producirse impactos frontales, laterales o traseros. Estas recomendaciones incluyen mejoras dimensionales, de resistencia de los materiales utilizados, de montaje en el habitáculo, y de la funcionalidad y ergonomía de su utilización por parte del conductor.
Pruebas de impacto
En su estudio, los investigadores de la Politécnica de Valencia llevaron a cabo una batería de ensayos estáticos experimentales para verificar el comportamiento de las adaptaciones ante la explosión del airbag frontal provocada por un impacto.
Estas pruebas se desarrollaron en la Unidad Técnica de Ensayo de Airbags del CEVACO-IDF. La realización de estas actividades permitió determinar cuáles son las adaptaciones más desfavorables tanto desde un punto de vista funcional como resistente, respecto al mantenimiento de las condiciones de seguridad pasiva del vehículo.
Durante el proyecto, se desarrolló también una batería de ensayos dinámicos representativos de impactos reales. Dichas pruebas se llevaron a cabo en el Laboratorio de Seguridad del Instituto Universitario de Investigación del Automóvil (INSIA), de la Universidad Politécnica de Madrid; permitieron conocer la influencia que ciertas adaptaciones de mandos presentan sobre el desplegado de los airbags frontales y de rodilla, así como su incidencia en el conductor y el nivel de daños causados sobre el mismo.
“Conocer estos riesgos resulta de vital importancia para definir las ayudas técnicas más idóneas a instalar, que deberían ser no sólo seleccionadas en función de la discapacidad del conductor, sino además compatibles con los sistemas de seguridad originales ya instalados en el vehículo de serie, por ejemplo, los airbags frontales o laterales”, apunta Juan Dols, investigador del Laboratorio de Automóviles del IDF y coordinador del estudio.
Un equipo del Instituto de Microelectrónica de Barcelona del CSIC ha desarrollado el prototipo de una nueva celda de conmutación para vehículo eléctrico que permitirá adaptar y controlar los flujos de potencia entre las fuentes de energía y sus cargas de un modo más eficiente, como entre la batería y el motor.
La agencia espacial estadounidense volará esta aeronave sobre algunas comunidades para estudiar lo que escucha la gente. De momento, los vuelos supersónicos comerciales sobre tierra están prohibidos por motivos de ruido, pero esto podría cambiar si las pruebas tienen éxito.
