Un equipo liderado por científicos de Valencia ha observado con satélites las emisiones de metano de la cuenca Pérmica de EE UU, que genera el mayor volumen de estos gases del país y de los más importantes del planeta. El estudio detecta emisiones “extremas” en aquellos puntos que comenzaron a extraer gas y petróleo a partir de 2018.
Un equipo de la Universidad Politécnica de Valencia (UPV) ha liderado un estudio internacional que pone de manifiesto la necesidad de aumentar el control en las industrias de extracción de gas y petróleo en EE UU para reducir su impacto medioambiental en el planeta. Esta industria, tanto en este país como en otros, es responsable de un gran porcentaje de las emisiones de metano de origen antropogénico a escala global. La eliminación de estas emisiones ha sido señalada recientemente por la ONU como una medida clave en la lucha contra el cambio climático.
El trabajo, que publica este miércoles la revista Science Advances, se centra en la cuenca Pérmica de EE UU, situada entre Texas y Nuevo México. Esta cuenca, destacan los autores, genera el mayor volumen de emisiones de metano de los EE UU y de los más importantes del planeta.
Utilizando técnicas de observación desde satélite, el estudio concluye que un gran porcentaje de las emisiones de metano de esta cuenca proceden de un número limitado de puntos de emisión –equipamientos como tanques de almacenamiento– y que los pozos de extracción más nuevos producen más emisiones que los antiguos.
“Detectamos emisiones más extremas en las instalaciones que comenzaron a producir en 2018 o más tarde que en las anteriores. Es un resultado cuanto menos sorprendente si tenemos en cuenta que el número de pozos productores anteriores a 2018 representa el 65 % del total de pozos activos. Hemos cuantificado estas emisiones y las nuevas explotaciones emiten el doble de metano que las anteriores a 2018”, apunta Luis Guanter, investigador de la UPV y uno de los coordinadores del trabajo.
La investigación concluye además que los procedimientos de quema del excedente de gas son ineficientes, al detectarse fuertes emisiones de metano a pesar de que el proceso de quema de gas está activo.
“De todo esto se puede inferir que puede haber un desequilibrio entre la capacidad de extracción de combustible y la de su almacenamiento”, apunta Guanter, quien añade que espera que estos resultados ayuden a ejercer mayor presión para aumentar y mejorar el control de los procesos en esta industria, tanto en EE UU como a nivel global.
El equipo de la UPV ha empleado satélites hiperespectrales, es decir, que pueden 'ver' varias bandas del espectro electromagnético. Esto les permitió cubrir las emisiones de una región entera, en este caso, la cuenca Pérmica. Esta metodología ya se está aplicando a otras zonas de extracción de combustibles fósiles (gas, crudo y carbón) como Turkmenistán, Argelia y la región Shanxi de minas de carbón en China.
Según destaca Itziar Irakulis-Loitxate, investigadora de la UPV y coordinadora junto a Guanter de este trabajo, “la ventaja de utilizar satélites para la detección de emisiones, en comparación a las campañas de medición terrestres o las aéreas –mediante la colocación de sensores en aviones o helicópteros– es que podemos cubrir grandes áreas en muy poco tiempo y volver a observar la zona durante largos periodos, mientras el satélite siga activo”.
Ambos señalan, además, que esta metodología puede ser especialmente valiosa en zonas remotas como los campos de gas y petróleo del norte de África u Oriente Medio, donde las campañas terrestres y aéreas son mucho más complicadas de realizar y las emisiones pueden pasar fácilmente inadvertidas.
Referencia:
Itziar Irakulis-Loitxate, Luis Guanter, Yin-Nian Liu et al. "Satellite-based survey of extreme methane emissions in the Permian basin". Science Advances.