Un nuevo sistema transforma depuradoras en biorrefinerías

Una planta piloto de depuración, desarrollada por la Universidad Autónoma de Barcelona y la empresa municipal Aguas de Manresa, genera productos de valor añadido simultáneamente al proceso de depuración. La tecnología mejora el tratamiento al tiempo que extrae fósforo y materiales para la fabricación de bioplásticos.

Investigadores GENOCOV-UAB
Equipo de investigadores que ha desarrollado la planta piloto. / Jordi Pareto

El grupo de investigación GENOCOV de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB) y Aguas de Manresa empresa municipal, han inaugurado en las instalaciones de la estación depuradora de aguas residuales de Manresa-Sant Joan una planta piloto de tratamiento de aguas que genera productos de valor añadido simultáneamente al proceso de depuración.

Esta planta, construida en el marco del proyecto europeo SMART-Plant, demostrará una nueva tecnología desarrollada por los investigadores de la UAB que permite tratar de manera más eficiente las aguas residuales urbanas a la vez que puede concentrar y extraer hasta el 50% del fósforo presente, y recuperar parte de la materia orgánica en forma de materia prima para la fabricación de bioplásticos (los precursores polihidroxialcanoatos, PHA).

La tecnología, que recibe el nombre de Main-stream SCEPPHAR (Short-Cut Enhanced Phosphorus and PHA Recovery), es pionera en el mundo y puede transformar las estaciones depuradoras de aguas residuales (EDAR) en pequeñas biorefinerías, impulsando de esta manera el sector hacia un escenario de economía circular.

Planta piloto

La planta piloto donde se implementa el nuevo proceso SCEPPHAR está instalada en la estación depuradora de Manresa-Sant Joan y está diseñada para depurar unos 10 m3 al día de aguas residuales, siguiendo los límites normativos más restrictivos.

La técnica trata las aguas residuales urbanas, extrae el 50% del fósforo y recupera materia orgánica para fabricar bioplásticos

Recuperar el fósforo es clave porque es un nutriente cada vez más escaso y sin él no se puede mantener una producción agrícola sostenible. Los microorganismos concentran el fósforo presente en el agua y éste se convierte, mediante una reacción de precipitación controlada, en estruvita, un fertilizante de liberación lenta, valorizable para aplicaciones agrícolas. Todo este proceso no requiere de una fuente externa de carbono ni de cloruro férrico, dos elementos que sí son necesarios para eliminar fósforo en un tratamiento convencional.

Además, el sistema SCEPPHAR reduce los costes de operación más de un 25% para que el 90% del nitrógeno se elimine vía nitrito, un proceso que disminuye los requerimientos de aireación del proceso. Por otra parte, los lodos producidos durante el proceso pueden contener hasta un 30% de precursores PHA, a partir de los cuales se pueden producir bioplásticos para aplicaciones industriales.

En conjunto, el proyecto europeo SMART-Plant, con una duración de cuatr años y una inversión de 9,7 millones de euros está formado por 26 socios (empresas y universidades) de 10 países de la UE y es una Acción de Innovación del programa H2020-WATER-1b-2015.

Fuente: UAB
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