Leila Carmona, del grupo de Biología Marina y Pesquera, ha revisado desde un punto de vista molecular y morfológico una familia de moluscos gasterópodos marinos, los nudibranquios Aeolididae. De las 52 especies que ha recopilado, 18 eran desconocidas para la ciencia.
Los moluscos son invertebrados que constituyen uno de los grupos más numerosos del reino animal. Están en todas partes, desde las grandes alturas, a más de 3.000 metros sobre el nivel del mar, hasta profundidades oceánicas de más de 5.000 metros de profundidad, en las aguas polares o tropicales. Dentro de este grupo, se encuentran los nudibranquios, caracterizados por no tener concha y poseer una llamativa coloración, lo que alerta a sus depredadores de su toxicidad. Dentro de este grupo, podemos encontrar a su vez a la familia Aeolidiidae.
Esta familia ha sido el centro del estudio de la investigadora de la Universidad de Cádiz (UCA) Leila Carmona, que ha revisado desde un punto de vista molecular y morfológico todas las especies conocidas que la componen.
Este grupo de invertebrados “es de los más grandes en cuanto al número de géneros que la forman y, aunque se conoce desde hace muchos años, no se sabía gran cosa de ellos”, explica la investigadora.
Carmona recopiló el mayor número posible de estos animales y para ello, junto a uno de sus directores de tesis, el profesor de la UCA Juan Lucas Cervera, solicitó material a museos, institutos de investigación, universidades, asociaciones de buceo o a cualquier particular.
De esta forma, y poco a poco, la Universidad de Cádiz se fue haciendo con una importante colección de 52 especies.
“Una vez que fuimos adquiriendo las especies, se iniciaron los análisis moleculares. Para ello se extrae su ADN y se les hace una serie de análisis filogenéticos que determinan el grado de parentesco entre las especies y los géneros”, dice la investigadora. De las 52 especies estudiadas, 18 de ellas son nuevas.
Especie fantasma
Entre las nuevas especies que ha descubierto Carmona hay una, Anteaeolidiella indica, que le ha deparado muchas sorpresas. “A priori, era una especie que se suponía que se distribuía por todo el mundo y tras los análisis moleculares hemos visto que realmente no es una única especie, sino ocho distintas. De ellas, hay tres que son nuevas y lo más irónico es que la especie que se describía inicialmente y a la que le corresponde esa denominación no aparece, o al menos nosotros no hemos conseguido encontrarla", indica Carmona.
“Con los datos que tenemos actualmente y con esta descripción original que data del siglo XIX no conseguimos encontrar a ese animal. Así que estamos usando un nombre incorrecto desde el siglo XIX para ocho especies diferentes y ese nombre que usamos no sabemos con exactitud para qué molusco es”, dice la investigadora.
Otro caso llamativo es el de la Spurilla onubensis. “A través del trabajo realizado centrado en modernas técnicas de biología molecular y microscopía electrónica de barrido, nos dimos cuenta que una serie de ejemplares encontrados en Huelva se correspondían con una especie nueva para la ciencia a pesar de que llevaban años identificándose como Spurilla neapolitana”.
Referencia bibliográfica
Carmona, L., Pola, M., Gosliner, T.M., Cervera, L. (2013). "A Tale That Morphology Fails to Tell: A Molecular Phylogeny of Aeolidiidae (Aeolidida, Nudibranchia, Gastropoda)." 8(5): e63000. doi:10.1371/journal.pone.0063000
Carmona, L., Lei, B.R., Pola, M., Gosliner, T.M., Valdés, Á., Cervera, J.L. (2014). "Untangling the Spurilla neapolitana (Delle Chiaje, 1841) species complex: a review of the genus Spurilla Bergh, 1864 (Mollusca: Nudibranchia: Aeolidiidae)." 17: 132-154.