Griselda Pollock, catedrática de Historia social y Crítica del Arte, discutió en la Universidad de Leicester (Reino Unido) la naturaleza del trauma y la memoria, así como la relación de ambos con la representación. Según la investigadora, “el intenso compromiso teórico, histórico y crítico con la traumática herencia del siglo XX ha dado lugar a la aparición de los campos de estudio, relacionados aunque distintos, de la memoria y del trauma”.
Griselda Pollock (Sudáfrica-1949) es una reconocida experta en historia moderna e Historia del Arte europeo. Para esta investigadora internacional, “sobre la memoria y el trauma planea la dificultad de tener que enfrentarse con un conocimiento que resulta insoportable en tanto que individuos, sociedades y en tanto que herederos de las secuelas históricas”. En la conferencia Post-imagen/Post-afecto. El consuelo político y estético ante el conocimiento insoportable, impartida el pasado 6 de mayo, la historiador a no dudó en afirmar que, después de acalorados debates, “la naturaleza del trauma y de la memoria, y su relación con la representación han encontrado un lugar en el ámbito científico, junto a las investigaciones estéticas sobre la catástrofe y la memoria que se están llevando a cabo en todos los continentes y en todos los medios artísticos el mundo”.
Pollock, que dirige el Centro de Análisis, Teoría e Historia Cultural de la Universidad de Leeds desde 2001, afirmó que “a pesar de ser algo tan reciente como para prestar la debida atención a tal atrocidad, el holocausto está encontrando oposición y resistencias al considerar que, en los debates sobre el trauma y la memoria, está demasiado presente y se resalta en exceso”.
La investigadora puntualizó la tendencia a ofrecer otras listas de atrocidades y sufrimientos, “como si la variedad y multitud de horrores en estado puro del siglo XX pudiera mitigar la especificidad de cualquiera de ellos o las atrocidades del mismo Holocausto”.
“Ha llegado ya la hora de que nos enfrentemos a esta peligrosa tendencia consistente en malinterpretar, históricamente, teóricamente y conceptualmente, el lugar del Holocausto en lo que hoy define el mundo en el que vivimos tras la consumación de un genocidio totalitarista”, apostilló la autora.
“Quisiera resaltar la capacidad evocadora de la representación de la memoria frente a la no representabilidad del trauma e investigar, a nivel teórico, alguna de las ideas emergentes acerca de las potencialidades para afrontar y transformar el pasado como producto resultante de la memoria”, explicó Pollock. Si bien el trauma es esencialmente incognoscible salvo en las denominadas ‘reconstrucciones secundarias’, siempre está presente, como una sombra, en la representación.
Pollock terminó con declaración de propósitos científicos: “Con la presentación de un reducido número de trabajos de artistas que trabajan en una variedad de medios, propondré la tesis de la inexorabilidad y la fuerza psicológicamente poética de la “post-imagen” y el “post-afecto” como un contrapunto a las actuales teorías sobre lo post-traumático e investigar los modos en que ha sido plasmado, a través de variados medios, por los artistas nacidos en el seno de este legado.
El prestigio de la conferencia Anual Autrey Newman
La conferencia anual Newman, en la que se enmarcó esta ponencia, lleva este nombre por Aubrey Newman, profesor emérito de Historia en la Universidad de Leicester, que ha escrito abundante literatura científica sobre la historia anglojudía y, particularmente, sobre la historia de la población judía de provincias desde mediados del siglo XVIII.
Este encuentro científico persigue el reconocimiento público de las contribuciones de sus estudios sobre el Holocausto y de su dedicación al Centro Stanley Burton, que desde su constitución hace ya más de diez años proporciona una plataforma para la investigación sobre el Holocausto.