La joven investigadora Natalia Castañares Castro ha realizado una tesis en la Estación Agrícola Experimental, en colaboración con la Universidad de León, donde se comprueba que las diferencias entre la cantidad de alimento durante su primer año de vida no influyen significativamente en la producción láctea de ovejas de raza Assaf Española. El estudio, en el que se utilizaron técnicas como el TAC o la ecografía, además de programas informáticos de análisis de imágenes, sugiere que una alimentación moderada puede mantener los niveles productivos del animal sin recurrir a una sobrealimentación, que, al precio actual de las materias primas, supone además un sobrecoste para el ganadero.
Según ha explicado Natalia Castañares a DiCYT, su estudio "pretendía comprobar la influencia de la cantidad de alimento antes de la pubertad (entre el nacimiento y los cinco primeros meses), en ovejas de raza Assaf Española, concretamente en el crecimiento del animal, el desarrollo de la glándula mamaria y la producción láctea en la primera lactación". La tesis, leída el pasado mes de junio y que obtuvo una mención europea, utilizó 120 ovejas Assaf Española (raza originaria de Israel, pero introducida en Castilla y León por su gran producción lechera), separadas de las madres en el momento de nacer y alimentadas mediante lactancia artificial (de oveja) para controlar lo que comían.
Los animales se distribuyeron en dos grupos: uno comía a voluntad (prácticamente como ocurriría en una explotación, si se dejara a la cría con la madre) y al otro se le restringió la cantidad de alimento al 60 por ciento. A los 1'5 meses se les retiró a todas el alimento lácteo y se comenzó a alimentarlas con pienso y paja hasta los 5 meses de edad. Cada grupo anterior se dividió a su vez en tres grupos, en función de si comían el pienso a voluntad, de forma moderada o restringida. El estudio del crecimiento corporal observó que, durante este periodo, las alimentadas a voluntad crecieron 260 gramos por día; las de nivel medio, 151 gramos; y las del restringido, 105 gramos.
Igual producción
Posteriormente, la investigadora quiso comprobar si el crecimiento del animal influía en el desarrollo de la glándula mamaria, que tiene dos estructuras básicas, un tejido secretor (productor de leche) y grasa y tejido conjuntivo. "Parece que cuanto más crece el animal más grasa acumula, lo que perjudicaría el desarrollo del el tejido secretor y produce menos leche", sostiene Castañares. Mediante la realización de un TAC a 24 ovejas elegidas se observó que la glándula mamaria presentaba un mayor volumen en los animales alimentados a voluntad, "aunque la mayor parte era grasa". Estas diferencias tendían a minimizarse a partir de los cinco meses (donde las ovejas comían todas a voluntad), aunque "la glándula mamaria sigue siendo mayor en los animales más alimentados y con mayor contenido en grasa".
Sin embargo, en la producción de leche no se observaron diferencias. "Las diferencias en alimentación provocan diferencias en el desarrollo mamario", afirma la investigadora, "aunque la producción de leche en corderas de raza Assaf Española no se vio afectada por el nivel de ingestión de alimento durante la fase previa a la pubertad". Con estos resultados, y teniendo en cuenta el actual precio de materias primas, "no sería aconsejable que los animales dispongan del alimento a voluntad", sugiere Castañares.
Alimentación moderada
La investigadora Natalia Castañares opina que crecimientos moderados del animal (en torno a los 150 gramos por día, logrados con la alimentación moderada), "permiten alcanzar el peso vivo necesario para la cubrición a una edad temprana (8-9 meses), y no alargar el periodo no productivo de los animales". La vida productiva del animal se inicia con el primer parto, por lo que al ganadero le interesa reducir el periodo entre el nacimiento del animal y el inicio de la producción de leche. Sin embargo, "si les da mucho de comer para abreviar ese plazo se puede acortar su vida productiva", concluye Castañares.