Las variaciones en el brillo de las estrellas sirven para conocer con un 25% de incertidumbre la gravedad de su superficie, según el análisis de los datos recogidos por el telescopio espacial Kepler que han llevado a cabo varias universidades estadounidenses.
Las variaciones en el brillo de las estrellas similares al Sol están impulsadas por muchos factores, incluida la granulación, que es una consecuencia de la convección de calor por debajo de la fotosfera –la superficie luminosa que la delimita–.
Como la granulación está relacionada con la gravedad en la superficie estelar, esta se podría medir observando las variaciones en el brillo de la estrella.
Con esta idea, y gracias a los datos del telescopio espacial Kepler de la NASA, investigadores de varios centros estadounidenses han logrado un método sencillo para determinar la gravedad superficial de las estrellas, una propiedad básica muy difícil de medir con precisión.
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Un patrón del parpadeo de la estrella durante ocho horas sirve para determinar la gravedad de la superficie. Su procedimiento consigue una incertidumbre del 25% para estrellas enanas, similares al Sol.
“El 25% de incertidumbre está muy bien, ya que las otras técnicas que se utilizan normalmente tienen una incertidumbre mucho mayor, de hasta el 150%. Medir la gravedad de la superficie de una estrella es muy difícil y puede llevar horas o días de trabajo”, declara a SINC Fabienne Bastien, coautora del estudio que publica la revista Nature e investigadora de la Universidad Vanderbilt (EEUU).
Las técnicas asterosismologías pueden mejorar ese 25%, pero solo se aplican a un número muy reducido de estrellas.
“Con nuestro método, podemos medir la gravedad en la superficie de una estrella en pocos segundos –con unas pocas líneas de código informático– y en más de 50.000 estrellas, solo en el campo de acción del telescopio Kepler”, añade la científica.
La importancia de conocer la gravedad superficial de una estrella reside en que es lo único con lo que los científicos cuentan para determinar si es enana, como el Sol, o gigante y más evolucionada.
Exoplanetas
El nuevo método también ampliará el conocimiento sobre los exoplanetas, de los cuales no se pueden medir masas ni dimensiones directamente, sino a partir de la información sobre de las estrellas que orbitan.
“Al mejorar la medida de la gravedad en la superficie estelar, que a su vez nos da el tamaño y la masa de la estrella, sabremos los tamaños y masas de los planetas que la orbitan con mucha más precisión”, asegura Bastien.
Referencia bibliográfica:
http://www.nature.com/nature/journal/v500/n7463/full/nature12419.html