Visita a las instalaciones en Reino Unido

Copérnico, una visión europea y gratuita de la Tierra

¿Hacia dónde se dirigen las emisiones de los incendios forestales en Chile? ¿En qué puntos de Europa se superan los niveles permitidos de contaminantes? ¿Cuánto dinero se pierde si fallan las previsiones de viento para las centrales eólicas? Las respuestas las tiene Copérnico, el programa europeo de observación de la Tierra más ambicioso de la historia. Sus responsables captan los datos con una constelación de satélites, que luego procesan y distribuyen sin coste a todo tipo de usuarios.

Copérnico, una visión europea y gratuita de la Tierra
El próximo 7 de marzo se lanza el satélite Sentinel 2B, como el ilustrado en la imagen sobre España. Estos ‘centinelas’ de la Tierra facilitan sus datos al programa Copérnico. / ESA/ATGmedialab

No han fallado los pronósticos del Servicio de Monitorización Atmosférica de Copérnico (CAMS, por sus siglas en inglés). Los penachos de humo que salen de los incendios forestales que asolan Chile se adentran cientos de kilómetros en el Pacífico, como ya habían reflejado las animaciones y los modelos por ordenador generados con los datos de los satélites.

Las estimaciones de este servicio también revelan que los fuegos del país andino han emitido más de 30 megatoneladas de CO2 a la atmósfera durante el pasado mes de enero, aproximadamente el 8% de las emisiones globales por incendios forestales.

El Servicio de Monitorización Atmosférica de Copérnico pronostica la evolución de los contaminantes y el humo, como el de los incendios de Chile

“Es solo un ejemplo de las posibilidades de CAMS”, explica su responsable, Vincent-Henri Peuchm, que destaca cómo el conocimiento de la composición atmosférica se puede aplicar en otros campos: “para seguir la nube de contaminación tras el accidente en una fábrica, ver las variaciones de radiación que entra y sale de la Tierra, o conocer los contaminantes a escala local, regional o global, como los picos de partículas PM 2,5 (de menos de 2,5 micras) registrados recientemente en Holanda y otras zonas de Europa”.

Por su parte, el Servicio de Cambio Climático de Copérnico (C3S) proporciona datos sobre el calentamiento global y sus consecuencias directas, como la disminución del hielo marino, aportando una información muy exhaustiva sobre la evolución del clima pasado, actual y futuro.

Según el jefe de este servicio, Jean Noël Thepaut, “los usuarios de C3S pueden ser personas e instituciones que trabajan en la gestión del agua, la agricultura, los bosques, el turismo, los seguros, el transporte, la energía, las infraestructuras, la salud pública, la reducción de riesgos por desastres y la mejora de las áreas costeras”.

“La información que se facilita está adaptada a necesidades sectoriales –añade–. Por ejemplo, saber cuántos días se va a adelantar la cosecha del vino en determinadas zonas; o cómo evitar las pérdidas en el sector de la energía eólica. Un 2% de error en los cálculos de la velocidad del viento implica variaciones de un 5% en la producción energética anual, que, a su vez, si se desvía solo un 1% supone un millón de euros (para una central de 100 megavatios)”.

Los servicios CAMS y C3S son dos de los seis (junto a los de tierra, mar, emergencias y seguridad) que oferta Copernico, el mayor programa de observación de la Tierra liderado por la Comisión Europea y la Agencia Espacial Europea (ESA). Ambos se gestionan desde el Centro Europeo para la Predicción del Tiempo a Medio Plazo (ECMWF) en Reading (Reino Unido), que la semana pasada abrió sus puertas a los medios de comunicación europeos para dar a conocer su actividad.

Participación de la AEMET y otras instituciones españolas

ECMWF se estableció hace más de 40 años para facilitar a los países europeos diversos pronósticos meteorológicos e información atmosférica. En España colabora activamente con la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), aunque no es la única institución nacional con la que trabaja.

“La AEMET y el Centro de Supercomputación de Barcelona apoyan las actividades de validación de CAMS”, apunta el ingeniero español Juan Garcés de Marcilla, director de los servicios de Copérnico en el ECMWF. “Y para el servicio C3S, ese mismo centro de supercomputación valida, junto al Instituto de Física de Cantabria, nuestros productos de pronóstico estacional ‘multimodelo’. Además, la empresa CETAQUA y la organización MENBO apoyan nuestro demostrador para el sector del agua”.

Garcés de Marcilla destaca que todos los datos de Copérnico están a disposición de los ciudadanos, las administraciones públicas, los responsables políticos, los científicos y las empresas “de forma abierta y gratuita”, para que los puedan aplicar en sus campos de actuación.

Esquema de operación del sistema Copérnico, desde los satélites y otros sistemas de medida hasta los usuarios. / Copernicus

Respecto a cómo puede afectar el Brexit a las actividades del ECMWF, el ingeniero español comenta a Sinc que esta organización “es internacional, no solo formada por los estados de la Unión Europea; y además fue elegida para implementar los servicios de Copérnico por su experiencia y liderazgo mundial en la monitorización atmosférica y del clima, y eso no ha cambiado”.

“Sin embargo, todavía no tenemos una visión completa de cómo nos va a afectar esta medida, ni cómo van a reaccionar los más de 30 estados miembros o con los que tenemos acuerdos de colaboración”, señala Garcés de Marcilla, algo en lo que coincide Hugo Zunker, responsable de política de la Comisión Europea: “Es demasiado pronto para saber los efectos del Brexit en el programa y en las actividades particulares que desarrolla Copérnico en Reino Unido. Habrá que ir viendo cómo se resuelven las cuestiones legales”.

“Es demasiado pronto para saber los efectos del Brexit en el programa europeo Copérnico y sus inversiones en Reino Unido", dicen sus responsables

En el Centro Europeo de Aplicaciones Espaciales y Telecomunicaciones (ECSAT) que tiene la ESA en el campus Harwell –a una media hora de Reading–, Zunker volvió a insistir en la base abierta y sin costes de los datos, “que se pueden usar para desarrollar legislación y políticas ambientales, o tomar decisiones críticas en caso de emergencias, como un desastre natural o una crisis humanitaria”.

“Además, aportan servicios de ‘valor añadido’ adaptados a necesidades públicas o comerciales específicas, dando lugar a nuevas oportunidades de negocio para el sector privado –destacó–. De hecho, los datos y servicios de este programa ya están contribuyendo al 10% de los ingresos de los proveedores de servicios de Observación de la Tierra en Europa”.

El presupuesto global de Copernico para el periodo 2014-2020 es de alrededor de 4.300 millones de euros, incluidos los 3.150 millones destinados a la ESA para la fabricación y operaciones de la red de satélites

Aunque en el programa se utilizan satélites 'contribuyentes' de diversas agencias y empresas aeroespaciales, la idea es que el servicio lo presten mayoritariamente los ‘centinelas’ o Sentinels, “el mejor sistema de observación de la Tierra para la monitorización ambiental”, según sus promotores. Ya operan desde el espacio los Sentinel 1A, 1B, 2A, 3A y este año se lanzarán el 2B (el próximo 7 de marzo), el 3B y el 5P. En la próxima década despegarán el resto, otros siete. Además se cuenta con un red complementaria de sensores de medición in situ distribuida por tierra, mar y aire.

En el desarrollo de los instrumentos de Sentinel también participan centros británicos, como RAL Space, un organismo del Consejo de Instalaciones de Ciencia y Tecnología de Reino Unido. Sus ingenieros han creado el Radiómetro para la Temperatura Superficial del Mar y la Tierra (SLSTR) de los Sentinel 3, y calibrarán el sensor UVN (ultravioleta, visible y de infrarrojo cercano) que llevará el Sentinel 4. Además, cuenta con una supercomputadora a petaescala para almacenar la gran cantidad de información que genera Copérnico.

Para facilitar el acceso a los datos y ‘catapultarlos’ hacia los usuarios actúan empresas tecnológicas. Es el caso de Satellite Application Catapult, situada también en el campus Harwell junto a RAL Space. “Nuestra función es ayudar a empresas de cualquier tamaño a aprovechar el potencial del espacio”, explicó durante la visita Mark Hampson, jefe de innovación de Catapult, delante de una imagen satelital del campus facilitada por la empresa española Elecnor-Deimos.

Presentación delante de una imagen del campus Harwell captada por un satélite de la empresa española Elecnor Deimos. / SINC

Los primeros brotes verdes de la ‘economía de Copérnico’ comienzan a ser visibles. Por ejemplo, con los datos de CAMS la empresa francesa Plumelabs ofrece información sobre la calidad del aire y vende dispositivos de medición. Por su parte, la compañía belga Vortex utiliza los datos de C3S para vender modelos y servicios on line relacionados con la energía eólica y solar.

Sobre la base de una política de datos abierta y gratuita, por cada euro gastado en Copérnico hay un retorno de hasta diez

En la actualidad Copérnico dispone de más de 1,4 millones de productos, que ya han descargado ocho millones de veces los más de 57.500 usuarios registrados. Además, se estima que se pueden crear unos 48.000 puestos de trabajo asociados a este programa durante el período 2015-2030.

En el caso de CAMS y C3S, por ejemplo, alrededor del 78% de los servicios está externalizado. El personal de más de 140 entidades, entre ellas empresas privadas, institutos de investigación, universidades, organizaciones meteorológicas y medioambientales de 22 países europeos participan en 293 contratos, gestionados por el ECMWF.

“Sobre la base de una política de datos abierta y gratuita, por cada euro gastado por el contribuyente europeo en Copérnico se puede obtener un retorno público de hasta 10 euros”, concluye Josef Aschbacher, director de los programas de observación de la Tierra de la ESA, que como el resto de los responsables de este programa se esfuerza en darlo a conocer para que los usuarios potenciales lo utilicen y exploten sus posibilidades.

Pronósticos de emisiones de monóxido de carbono (CO) de los incendios forestales en Chile en enero de 2017. / CAMS-ECMWFOS

* Información realizada a partir del Copernicus facilities press tour organizado el 31 de enero de 2017 para periodistas de las European Union of Science Journalists Associations (EUSJA, a la que pertenece la Asociación Española de Comunicación Científica, AECC).

Fuente: SINC
Derechos: Creative Commons
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