La Eurocopa 2012 mueve a miles de personas y vehículos, que contaminan y producen emisiones de CO2. En Polonia no ha habido ningún programa específico para reducir la huella de carbono durante el evento, pero se ha fomentado el uso del transporte público y la reutilización de materiales.
El campeonato europeo UEFA EURO 2008 marcó un antes y un después. Fue el primer evento futbolístico en integrar una gestión medioambiental, económica y social sostenible durante su celebración. El transporte público en Suiza y Austria, donde el equipo de España se proclamó campeón, absorbió el 65% del tráfico de larga distancia y el 80% del tráfico regional.
Según el informe de desarrollo sostenible de la EURO 2008, en Austria se emitió un total de 18.000 toneladas de CO2 adicionales. Si se contabilizan todos los desplazamientos internacionales que se generaron, las emisiones ascienden a 157.000 toneladas de CO2.
Un estudio publicado recientemente en la revista polaca Problemy Ekorozwoju revela que el campeonato europeo de 2008 demostró que “sí es posible reducir la huella de carbono de estos eventos y dirigirlos hacia unos principios de desarrollo sostenible”.
En el caso de la Eurocopa 2012 –que se celebra en Polonia y Ucrania hasta el domingo 1 de julio, día que se enfrentarán las selecciones de España e Italia– la Unión de Federaciones Europeas de Fútbol (UEFA, por sus siglas en inglés) gestiona su impacto medioambiental.
“La UEFA es responsable durante las tres semanas del campeonato y controla el estadio, las fan zones (áreas habilitadas para albergar a los aficionados con una capacidad total de 380.000 personas), y tiene una ligera influencia en el transporte”, informa a SINC Dorota Mogielnicka, investigadora en la Universidad de Ciencias de la Vida de Varsovia (Polonia).
El transporte, la clave para reducir emisiones
Entre los años 2009 y 2010, la UEFA estableció un esquema de compensación de emisiones de CO2 en sus viajes aéreos institucionales, incluidos los que hacen escala para llegar a los países donde tiene lugar la Eurocopa. La organización paga una media de “150.000 euros al año para compensar las emisiones de carbón en sus vuelos y 200.000 euros a la organización ecologista WWF para apoyar sus actividades globales“, detallan a SINC fuentes de la UEFA.
La institución europea también ha colaborado con el comité organizador de Polonia y Ucrania para promover el transporte público. Según la UEFA, “los espectadores, periodistas y organizadores que acuden al estadio pueden viajar de forma gratuita durante 36 horas durante el día del partido y hasta las 12h del día siguiente en las ciudades organizadoras”. A esto se añaden iniciativas para aliviar la congestión de coches en los días de partido con un sistema de aparcamientos, limitar el uso de vehículos privados por el de bicicletas y simplificar el uso del transporte público.
“Aunque en Polonia no ha habido ningún programa para reducir la huella de carbono durante la Eurocopa, se ha animado a los aficionados a usar el transporte público, crucial en grandes acontecimientos. En este sentido, se ha preparado un horario especial para que se trasladen en tren, que genera una de las emisiones más bajas de CO2”, concreta Mogielnicka.
Para financiar el transporte gratuito, la UEFA ha proporcionado un euro por espectador que ha asistido al estadio multiplicado por el número de partidos jugados en la ciudad en cuestión. En el caso de periodistas, invitados y personal del campeonato, la cifra asciende a 1,5 euros en Ucrania y a 2,5 euros en Polonia, y se multiplica por el número de días trabajado en cada una de las ciudades organizadoras.
Estadios con materiales reutilizados
“La gente en Polonia no se preocupa por el medioambiente porque básicamente dicen que es poco económico. Es un problema generalizado en este país”, advierte la investigadora polaca. Sin embargo, de cara al torneo de fútbol europeo, se han tomado medidas ecológicas oportunas, sobre todo en las infraestructuras.
En algunas de ellas se hizo incluso más. “En Varsovia se excluyó la entrada de los aficionados en áreas protegidas cercanas al estadio”, informa Mogielnicka, quien añade que en una de las autopistas el 10% del coste de su construcción se asignó a instalaciones para la protección del medio ambiente.
Además, durante la fase de construcción de los estadios se analizó la calidad del subsuelo y de la superficie, y se cuidó la localización de cada uno de ellos. En el caso de los de Posnania y Varsovia, se reutilizaron sus materiales antiguos para las nuevas edificaciones. A esto se añade, entre otras iniciativas, la recogida selectiva de desechos, la ausencia de vasos con la compra de bebidas servidas en botellas y de platos desechables en las zonas VIP.
Otra de las iniciativas de la UEFA es que las estructuras de madera temporales usadas para la construcción del centro internacional de retransmisiones de televisión, de 14.000 m2, se usarán para construir casas familiares en Polonia después del torneo.
A pesar de unas infraestructuras respetuosas con el medioambiente, la energía de la EURO 2012 procede de fuentes no renovables, informa la experta. “Pero los estadios se han equipado con sistemas de ahorro energético y cuentan con depósitos de agua de lluvia para regar el césped y los inodoros de los baños”.