El cáncer de laringe tiene su feudo más fiel en Asturias, uno de los lugares del mundo con mayor número de casos nuevos cada año. Para contribuir a la lucha contra la enfermedad, Carlos Suárez Nieto, director del Instituto Universitario de Oncología del Principado de Asturias (IUOPA), ofrece nuevos datos sobre el origen y la evolución de los tumores de laringe. Estos últimos resultados a los que ha llegado su equipo serán publicados próximamente en una revista científica internacional de impacto.
Anteriores trabajos de la Unidad de Investigación que dirige Carlos Suárez Nieto han permitido saber que, una vez que se presenta el cáncer de laringe, la alteración de un gen, el EMS1, está directamente relacionada con la probabilidad de supervivencia. Los investigadores asturianos constataron que si el gen está mutado y se sobreexpresa, es decir: si “funciona” más de lo normal, la posibilidad de sobrevivir disminuye.
Esta conclusión, que ya difundió internacionalmente al inicio de la década la Unidad de Investigación en Oncología de Cabeza y Cuello del IUOPA, es la base sobre la que se asienta su último trabajo. “La próxima publicación de nuestro equipo permite ampliar el conocimiento sobre los mecanismos por los que aparecen las alteraciones del gen EMS1 que conducen a una mayor agresividad del tumor”, explica Suárez Nieto.
Amargo liderazgo
Si España es el país con la tasa más alta del mundo de nuevos casos de cáncer de laringe, Asturias está por encima de la media nacional, por lo que es uno de los lugares del mundo con más casos nuevos cada año. “Esta situación en España se debe a que hay muchos fumadores, tanto activos como pasivos; mientras que en otros países donde se ha aplicado una ley antitabaco desde hace décadas hay una incidencia de cáncer mucho menor”, afirma Suárez Nieto.
Entre los varones, la media europea es de diez casos nuevos de cáncer de laringe cada año y por cada cien mil habitantes, y en Suecia sólo hay dos, mientras que en España este indicador es de 20, y en Asturias la cifra se eleva hasta 24. “Y no sólo es eso: en Asturias también somos tristemente ‘líderes’ en cáncer de faringe. En este caso, beber alcohol es un factor de riesgo que, si se une al tabaco, hace que las probabilidades de contraer este cáncer se multipliquen”, señala Suárez Nieto.
Junto a las diferencias entre países, también hay diferencias entre sexos en cuanto a la sensibilidad a estos tipos de cáncer: Según este investigador, en España, las mujeres no llegan al cinco por ciento de los casos de cáncer de laringe y faringe, pero desgraciadamente, este porcentaje se irá acercando al de los hombres, al igual que sucede en países donde las mujeres han empezado a fumar antes que en España.
Nuevos fármacos
Una de las nuevas formas de tratamiento que está desarrollando la investigación actual contra el cáncer en todo el mundo es la de anticuerpos monoclonales y moléculas inhibidoras. Se trata de fármacos que pueden inhibir y bloquear la expresión de un gen que haya mutado o que esté sobreexpresado y que origine el crecimiento descontrolado de las células. “Una de las ventajas de esta nueva terapia es que actúa de forma más localizada que las que se utilizan ahora. Pero aún no podemos lanzar las campanas al vuelo. Puede ocurrir que los tumores generen resistencia al fármaco, o que haya que actuar sobre más de un factor que esté alterado”, resalta Suárez Nieto.
Y a esta nueva forma de tratamiento contribuye el trabajo de la Unidad de Investigación en Oncología de Cabeza y Cuello del IUOPA. En palabras de este investigador: “estudiamos cómo los mecanismos celulares influyen en la evolución de los tumores de cabeza y cuello: si se descubre que hay uno de esos factores que tiene gran relevancia para el progreso del tumor, podría bloquearse a través del desarrollo de nuevos fármacos y revertir las células a su estado normal, aunque hay que ser muy cautelosos.”
Para continuar desarrollando la labor investigadora del IUOPA, Suárez Nieto remarca que es imprescindible que la entidad adopte la forma jurídica de fundación pública para poder actuar con más agilidad e independencia, y acceder a la captación de recursos económicos con más facilidad. Es muestra de que el cáncer presenta su guerra en múltiples áreas, entre ellas la investigación, el desarrollo tecnológico, el cambio de mentalidad y los procesos administrativos, que pueden reforzar los demás frentes.