Hacia la participación comunitaria en el control del dengue

Especialistas en entomología de la Universidad Nacional del Nordeste, en Argentina, implementan una iniciativa destinada a transferir conocimientos científicos a alumnos de primaria y secundaria. El objetivo es que los estudiantes adquieran un rol proactivo en la adopción de medidas que supongan el control y la prevención del dengue, uno de los problemas de salud que afecta a la población de esa región.

vector del dengue
Dibujo de un vector del dengue. Imagen: Universidad Nacional del Nordeste.

A partir de 2010 comenzó en la región del nordeste argentino un proyecto destinado a aumentar los conocimientos de estudiantes de la escuela primaria con el objetivo de que participen activamente en la prevención y control del dengue y se conviertan a la vez en agentes de promoción dentro de sus propias familias y en su comunidad.

La iniciativa nació en el departamento de Entomología del Instituto de Medicina Regional de la Universidad Nacional del Nordeste (UNNE), situado en la ciudad de Resistencia, en la provincia de Chaco.

El dengue – una enfermedad causada por cuatro virus transmitidos a través de la picadura de los mosquitos Aedes aegypti y que en algunos casos puede ser mortal– es uno de los problemas de salud más prevalentes en esa región del país.

El camino emprendido por los investigadores del Instituto de Medicina Regional de la UNNE ha sido trabajar con alumnos y docentes para que adquieran conocimientos que se traduzcan en acciones de prevención y de control del dengue asociadas a prácticas cotidianas.

“Hasta el momento realizamos nuestra propuesta con alumnos y docentes en las aulas, donde llevamos material biológico correspondiente al mosquito transmisor del dengue en diferentes fases. Buscamos que aprendan a reconocer los diferentes estadíos, poniendo énfasis en las formas larvales y pupales, considerando que el mejor conocimiento de estas fases nos remite a las prácticas o hábitos de la población, asociadas a la existencia de criaderos en domicilios y de esta manera poder desarrollar mejores estrategias de prevención”, explica Marina Stein, responsable del área de Entomología del Instituto de Medicina Regional.

“En nuestro lugar de trabajo, los alumnos y docentes pueden hacer observaciones, al microscopio y a la lupa, del material biológico; visitan el insectario donde criamos mosquitos, entre otros insectos. También les mostramos la metodología de trabajo en campo, el instrumental que usamos para la captura de los mosquitos adultos o la colecta de las larvas. Se les propone realizar una investigación bibliográfica independiente (guiados por los docentes), así como la elaboración de materiales para la prevención de la enfermedad”, puntualiza Stein.

Trabajo en las escuelas

Las actividades de extensión educativa comenzaron en dos escuelas de la ciudad de Resistencia, una primaria y una secundaria, que cuentan con alumnos criollos y aborígenes. La escuela primaria E.G.B. Nº 963, del Barrio Mapic, y la secundaria, UEP Nº 30 “Aida Zolezi de Fiorito” del Barrio Toba. “Ése fue el comienzo. Luego trabajamos con otras escuelas”, destaca la especialista. Cuando se encuentran con docentes y alumnos, Stein y sus colegas abordan principalmente aspectos biológicos, ecológicos y epidemiológicos de los vectores del dengue y determinadas características de la enfermedad.

“Nos enfocamos en especial en los aspectos del ciclo de vida del Aedes aegypti, mosquito vector del dengue. También a la duración del ciclo de vida del mosquito vector, las épocas del año de mayor riesgo epidemiológico –que corresponden a las de mayor abundancia del vector–, los sitios de cría de las formas inmaduras (huevo, larva y pupa) y los recipientes considerados ‘preferidos’ por las hembras del mosquito (transmisoras del virus) para el depósito de los huevos. A partir de esta información es posible implementar prácticas más eficaces para el tratamiento de los diferentes criaderos”.

El interés de esta iniciativa es promover el ejercicio de hábitos saludables y el desarrollo de una cultura solidaria que ponga en marcha una activa participación de la comunidad en la prevención y el control del dengue y de otras enfermedades vectoriales, destaca Stein. “Desde esta perspectiva privilegiamos el rol de la escuela, no solo en su tarea formativa en contenidos y valores, sino también en su función social fundamental en la educación para la salud. Partiendo de la base de que la educación para la salud puede potenciar los resultados en intervenciones sanitarias, consideramos que la primera infancia es una etapa crucial en la incorporación de hábitos para la prevención de las enfermedades transmisibles”.

Estudiantes de distintas escuelas tuvieron la oportunidad de entrar en este grupo de especialistas para obtener información científica relacionada con la prevención y el control del dengue. Ese fue el caso, por ejemplo, de los alumnos de segundo y tercero polimodal de la Escuela ExUEP 30 del Barrio Toba –que recientemente pasó a denominarse Escuela Pública de Gestión Social e Indígena (EPGSI) nº1– de la ciudad de Resistencia que fueron invitados a visitar el laboratorio del departamento de Entomología del Instituto de Medicina Regional de la UNNE.

“Para los alumnos fue una gran novedad que un instituto de alto nivel de investigación y académico le abrieran sus puertas para recibir todo tipo de información científica”, subraya la profesora Mirta Inés Doria, cuyas asignaturas son Salud y Biología. “Los estudiantes pudieron observar el material de estudio y acceder a elementos de precisión como lupas y microscopia, herramientas con la que los alumnos de la escuela, que pertenecen a la comunidad toba, no están familiarizados por falta de un laboratorio en la escuela, entre otras razones”.

Según afirma la profesora, los chicos “se quedaron impactados con el modo en que se investigan las enfermedades endémicas generando en ellos muchas inquietudes. Los estudiantes realizaron investigaciones en las posteriores clases, confeccionando monografías e informes. Incluso expusieron a modo de clase especial sus conocimientos adquiridos a sus compañeros de otros niveles”.

Currícula escolar

La doctora Stein considera que si la experiencia es participativa y movilizadora en el ámbito escolar, “naturalmente los niños la comunicarán primero a su entorno más inmediato: la familia y luego a la comunidad toda, motivando así un modelo de trabajo comprometido en la prevención de enfermedades e impactando así en la calidad de vida de las personas”.

La especialista considera que hay dos cuestiones pendientes en la problemática educativa de las enfermedades transmitidas por vectores. “En primer lugar hay muy poco o no hay nada en la currícula escolar sobre la temática de los vectores y las enfermedades que causan, y ésta sería la forma de garantizar el tratamiento de estos contenidos de manera continua. En segundo lugar, son pocos los programas orientados a la formación de formadores en esta temática, o mejor dicho son inexistentes, algo que permitiría llevar la información científica actualizada a cada escuela de manera efectiva, con docentes formados en la prevención de estas enfermedades”.

“Podemos pensar que con estos dos aspectos esenciales comenzaríamos a establecer las bases de un sistema de vigilancia primario de dengue impulsado por la comunidad educativa”, concluye.

Fuente: OEI-AECID-FECYT-OTRI Universidad de Oviedo
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