La fragilidad de una vasija llamada ciencia

Un país con un sistema fuerte de I+D+i, con ciudadanos formados en cultura científica y donde empresa e investigación van de la mano resiste mejor las turbulencias económicas. Esas fueron las principales conclusiones de la jornada UNI-CIENCIA 2013 celebrada ayer en la Biblioteca Nacional de España y en la que participaron expertos de universidades públicas madrileñas (UAH, UAM, UC3M, UPM y URJC), UNED, Comunidad de Madrid y otras instituciones.

Una de las mesas de la jornada / John Rojas-Uribe.
Una de las mesas de la jornada / John Rojas-Uribe.

“Si estamos sufriendo esta crisis tan brutal es porque en España no había un suelo suficientemente abonado de I+D+i”. Carlos Andradas, presidente de la Confederación de Sociedades Científicas Españolas (COSCE), destacaba así el papel de la ciencia como motor de progreso de la sociedad. El científico fue uno de los participantes de la jornada UNI-CIENCIA 2013, que se celebró ayer en Madrid, en la Biblioteca Nacional de España (BNE).

Bajo el lema “Ciencia, ¿para qué? La universidad responde”, los expertos se dividieron en cuatro mesas de debate, moderadas por periodistas de dilatada trayectoria. “La universidad es esencial entre el pasado y el futuro”, indicó Carlos Santos, moderador de la primera mesa, en la que quedó de manifiesto que la universidad es un agente importante para el progreso social.

No obstante, los investigadores hicieron autocrítica y pidieron cambios estructurales en el sistema universitario actual y un mayor peso de la investigación. “Un profesor que no investiga no es un profesor, es una persona que cuenta un libro”, señaló Antonio Guillamón, catedrático de Psicología Fisiológica de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED).

“Un profesor que no investiga no es un profesor, es una persona que cuenta un libro”

En esa línea, Ángel Rivero, profesor de Ciencia Política y de la Administración de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) reconoció que “la universidad se ha dedicado a formar burocracia administrativa y falta cultura investigadora”.

Los expertos coincidieron en que hay que pensar en el largo plazo a la hora de planificar la política científica para poder hacer frente a las futuras crisis que puedan llegar. También resaltaron la importancia de que exista “sosiego político y administrativo” en la ciencia española.

La mesa abordó la falta de conexión entre la investigación y la empresa. “En España producimos mucha ciencia pero patentamos poco”, afirmó David Serrano, director de IMDEA Energía de la Universidad Rey Juan Carlos (URJC).

La unión ciencia-empresa

La falta de patentes volvió a abordarse en la segunda mesa de debate, moderada por la periodista Alicia Gómez Montano. “La universidad tiene cuatro patas: formación, investigación, transferencia y sociedad. La competitividad va ligada a todas ellas”, resumió Pilar Laguna, decana de la facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la URJC.

Aunque los expertos recordaron que ciencia y empresa siempre han ido de la mano, hicieron hincapié en que hace falta que esta unión se cuide más. “Para ser competitivos tenemos que tener una vertebración entre actores públicos, privados y administraciones”, señaló Gonzalo León, director del Centro de Apoyo a la Innovación Tecnológica de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM).

Fomentar la cultura emprendedora y que las grandes empresas inviertan más en I+D+i fueron dos factores señalados como fundamentales por los expertos. “Es imprescindible incentivar la creación de nuevas empresas. En Estados Unidos no se fomenta porque es algo natural”, comparó Daniel de la Sota, director de Innovación y Nuevas Tecnologías de la Confederación Empresarial de Madrid-CEOE (CEIM).

“Es imprescindible incentivar la creación de nuevas empresas"

El debate también abordó la complicada situación económica que atraviesa el país, unida a los recortes que se están llevando a cabo, dos factores que lastran la competitividad. “Si dejas parar el motor, luego no puede arrancar”, alertó Francisco Javier de la Mata, profesor de Química de la Universidad de Alcalá de Henares (UAH).

En su opinión también resulta preocupante que la juventud no vea a ningún científico como modelo a seguir, una idea que se trató en la siguiente mesa, moderada por la periodista Patricia Fernández de Lis.

Un poco de “hooliganismo” científico

Los investigadores coincidieron en que, muchas veces, la ciencia que aparece en los medios es tratada como una anécdota, cuando necesitaría más continuidad y reflexión. “Hace falta un pelín de “hooliganismo” en el periodismo científico para despertar el interés”, propuso Jesús Zamora, catedrático de Filosofía de la Ciencia de la UNED. Desde su punto de vista, si hubiera investigadores españoles ‘candidatos’ a un Nobel, el interés de los medios aumentaría.

Y algo así está ocurriendo con dos científicos españoles que están liderando los dos proyectos más importantes para cartografiar el cerebro, tanto en Estados Unidos como en Europa, tal y como recordó Fernández de Lis.

Las pseudociencias y todo tipo de creencias supersticiosas también fueron abordadas en la mesa, una cuestión que no es baladí para Javier Armentia, director del Planetario de Pamplona. “Las pseudociencias causan muertes y un ejemplo son las campañas en contra de la vacunación”, advirtió.

Para luchar contra este tipo de creencias la mejor receta es que aumente la cultura científica de la ciudadanía. “Las personas tienen que tener cultura para estar mejor preparadas y responder mejor”, indicó Alberto Gomis, catedrático de Historia de la Ciencia de la UAH.

“Las personas tienen que tener cultura para estar mejor preparadas y responder mejor”

Y para que aumente esta cultura científica, los expertos reclamaron mayor inversión en ciencia. “Si soy un político responsable tengo que ser consciente de que si no mimo a la ciencia, no seré puntero como país”, recalcó José Luis Ferreira, profesor del departamento de Economía de la Universidad Carlos III (UC3M).

Desde el público, que participó con preguntas en la BNE y a través de las redes sociales, se apuntó al crowfunding como opción de financiación, una alternativa muy insuficiente en este ámbito, en opinión de los expertos.

Vivir más y mejor

La última de las mesas se centró en cómo la ciencia ha mejorado y mejora la calidad de vida de las personas. “Ahora se trata de vivir más años sin ningún problema de salud. Es uno de los objetivos del programa Horizonte 2020”, explicó Pilar Gómez, catedrática de Biología Celular de la facultad de Medicina de la UAM.

La investigadora recordó que, puesto que la financiación pública de la investigación se paga con los impuestos de todos, lo que se decide investigar son cuestiones que mejoren los problemas de los ciudadanos.

En opinión de Constanza Tobío, catedrática de Sociología de la UC3M “falta transparencia y debate público” a la hora de decidir qué se investiga en España y qué no y, muchas ves, “los científicos han tendido a pensar que saben cuáles son los problemas de la sociedad, pero no lo saben”, añadió.

Esta separación entre científicos y sociedad también se pone de manifiesto en la falta de apoyo. “Hay un problema de reclamo popular porque se identifica a la ciencia como un gasto”, expuso José María Peña Sánchez, subdirector científico del Centro de Supercomputación y Visualización de Madrid (UPM).

El moderador de la mesa, Óscar Menéndez, resumió lo tratado con cuatro frases: la ciencia mola, puede servir para vivir mejor, hace falta dinero y una gestión racional. También son necesarios los jóvenes como motor del sistema investigador, tal y como recordó Pilar Gómez. En ese escenario, los expertos coincidieron en que todos tenemos un papel fundamental. “La ciencia, la tecnología y la investigación son vasijas frágiles y preciosas que tenemos que cuidar entre todos”, recordó Alicia Gómez Montano.

La jornada fue organizada por las Unidades de Cultura Científica e Innovación de la Universidad de Alcalá de Henares, de la Universidad Autónoma de Madrid, de la Universidad Carlos III de Madrid, de la Universidad Politécnica de Madrid, de la Universidad Rey Juan Carlos y de la Universidad Nacional de Educación a Distancia, junto con la Comunidad de Madrid a través de la Fundación madri+d. El acto, financiado por la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología, contó con la colaboración de la Biblioteca Nacional de España.

Fuente: divulgaUNED
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