¿Qué aprendemos en cine y TV sobre darwinismo?

¿Nos ayuda la pantalla a entender mejor los enormes periodos temporales en que sucede la aparición de especies? ¿Son los superhéroes ejemplos "aumentados" de mutaciones? ¿Es la evolución un proceso orientado al triunfo del "mejor" sobre el "malo"? Dos investigadores de la UNED analizan la utilidad de cine y TV para divulgar la teoría evolutiva.

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El cine nos muestra un humano ontológicamente superior a las demás especies, producto cumbre de la selección natural, pero el darwinismo moderno nos enseña que la evolución no tiene cúspides. Imagen: SINC.

De acuerdo a un estudio presentado por investigadores de la UNED en el congreso internacional Darwin y la Ficción, en la Universidad Complutense de Madrid, la respuesta a estas preguntas es negativa.

Según la comunicación presentada por el periodista científico Miguel Álvarez Peralta, (Unidad de Cultura Científica de la UNED) y el profesor Jesús Zamora Bonilla (Catedrático de Filosofía de la Ciencia, UNED), coincidiendo con el final del año europeo de Darwin en el bicentenario de su nacimiento, la industria audiovisual contemporánea es un mal divulgador de las teorías darwinistas.

El darwinismo, ese desconocido

Este, sin duda, sería uno de los factores más importantes a la hora de explicar la distancia entre el conocimiento popular del darwinismo hoy día y los avances en la investigación científica en genética de poblaciones, biología evolutiva o paleobiología, entre otras disciplinas.

Según los datos exhibidos por estos investigadores, solo un 13% de los ciudadanos estadounidenses sostiene la idea de que “los seres humanos han evolucionado durante millones de años a partir de formas menos avanzadas de vida sin que Dios tomara parte en este proceso”. En cambio, llega hasta el 44% la población que cree que “Dios creó a los seres humanos en su forma actual hace unos 10.000 años”. A este lado del Atlántico, los resultados son igualmente preocupantes. El 27.4% de la población española no reconoce como verdadera la frase “Los seres humanos provienen de especies animales anteriores”, mientras que el 48% no ve ningún error en la frase “Los primeros humanos vivieron al mismo tiempo que los dinosaurios”.

En palabras del profesor Álvarez, “si no hay ninguna evidencia de que esto haya sido así, ni lo han estudiado en ningún libro, cuesta imaginar otra fuente para la creencia de que humanos y dinosaurios han convivido, que las conocidas escenas de lucha del héroe contra el dinosaurio tan abundantes en la cinematografía del siglo XX y XXI”.

Por este motivo, los profesores se han centrado en el estudio del impacto de cine y televisión sobre lo que denominan el imaginario colectivo, ese conjunto de imágenes e ideas "populares" que gobiernan nuestra cultura y dominan nuestras creencias.

Mientras algunos profesores han defendido el valor de cine y televisión como divulgadores científico de la evolución, Miguel Álvarez señala que “si así fuera, no se entiende que las estadísticas de creencia en el darwinismo frente a la religión se mantengan prácticamente estáticas o incluso empeoren en los últimos 30 años. Hoy día tienen más impacto en la opinión social los medios audiovisuales que los escritos. ”

El audiovisual moderno, un medio hostil a la teoría científica evolutiva

La clave de esta incompatibilidad entre las normas narrativas del cine y televisión actuales y los fenómenos descritos por Darwin, según esta investigación, podría resumirse en un párrafo:

Mientras que la evolución humana transcurre en procesos que se alargan millones de años, bastante azarosos e impredecibles, en los que la acción individual no juega ningún papel, las normas que gobiernan la industria audiovisual moderna aconsejan guiones basados en la acción de un individuo protagonista, que suceden en tiempos de pocos años o incluso días, y a menudo orientados moralmente al triunfo del amor y el bien sobre el mal.

Mientras que Darwin veía en cada ser vivo simplemente un objeto de selección cuyas acciones y moral son casi intrascendentes en la evolución de su especie, nuestras narraciones audiovisuales requieren individuos heróicos cuya acción provoca cambios bruscos, como salvar a la humanidad.

“El cine nos muestra un humano ontológicamente superior a las demás especies, producto cumbre de la selección natural, pero el darwinismo moderno nos enseña que la evolución no tiene cúspides, no es un proceso orientado, es simplemente cambio y adaptación al entorno presente”, asegura Miguel.

Un cine pseudorreligioso

La renuncia a ser la especie elegida, a aceptar nuestra existencia como un fruto del azar y no como necesidad histórica o creación divina, estaría en la base de la explicación a la escasa aceptación social del darwinismo contemporáneo. Esto tiene su reflejo en el cine.

Comparándolas con los avances modernos en genética y biología, Zamora y Álvarez han desgranado las formas en que repetitivamente el cine representa hechos como la mutación, la aparición y desaparición de especies, la herencia genética, el tiempo evolutivo, o la competencia por la supervivencia. “No nos preocupa la creatividad y la dramatización”, han explicado, “sino la representación sistemáticamente deformada siempre en el mismo sentido, casi religioso, de los hechos evolutivos, y la relación que esto tenga con el analfabetismo darwiniano tan extendido en nuestra sociedad. No tratamos de proponer censuras al arte, sino de aconsejar buenas prácticas divulgativas a los creativos interesados”.

Nuevos horizontes para el cine como herramienta de divulgación

Este estudio, publicado en la revista especializada Endoxa, no se limita a la crítica de los cánones culturales, también concluye lanzando propuestas. Según este investigador en comunicación de masas, “una industria cultural más abierta a nuevas fórmulas que permitan representar nuevas realidades cumpliría mejor su función de divulgación del hecho evolutivo, y también de otras muchas teorías científicas.

La reciente abundancia de historias con protagonista colectivo o incluso sin protagonista alguno, abre un interesante camino para la representación de periodos temporales muy superiores a la vida humana sin necesidad de recurrir al viaje temporal y por tanto a la acción individual trascendente una vez más. Se trataría de abolir las ideas de progreso necesario, a la que somos casi adictos, pero que en la Naturaleza no existe.”

Más información:

Debate en TV Uned con el profesor Joaquín Mª Aguirre, organizador del congreso, sobre los límites del audiovisual para la divulgación de las teorías científicas en general y darwinistas en particular.

Debate televisivo entre el profesor Miguel Álvarez Peralta, crítico con el papel del cine como divulgador de las teorías evolucionistas y los profesores Tomás Martín Hernández y Juan Antonio Ribas Pérez, partidarios del uso del cine como herramienta pedagógica para la enseñanza de dichas teorías.

Video de la conferencia en el congreso Darwin y la ficción.

Diapositivas empleadas para la presentación.

Fuente: UNED
Derechos: Creative Commons
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