Una casa para cada clima

Aprovechar la energía solar en los edificios de nueva construcción mediante placas solares es ya una obligación, pero las energías renovables en los domicilios pueden ir mucho más allá. Ahorrar casi toda la energía que consumen los hogares actuaría como bálsamo tanto para los bolsillos como para el medio ambiente, y no se trata de una quimera: según los investigadores, es factible y sin grandes sobrecostes de construcción. Varios grupos de investigación de la Universidad de Oviedo, junto con la Fundación Barredo, colaboran con el CIEMAT y empresas nacionales para obtener los datos que permitan desarrollar la arquitectura bioclimática en España.

Edificio bioclimático
Edificio bioclimático diseñado por César Ruiz-Larrea.

El aprovechamiento de energía solar a través de placas para obtener electricidad y agua caliente es el más conocido. No obstante, “el futuro no son tanto las placas solares como que el propio edificio sea el captador-convertidor de energía a través de múltiples superficies, como fachadas y tejado”, afirma Jesús Ignacio Prieto García, profesor de Física Aplicada en la Escuela Politécnica Superior de Ingeniería de Gijón.

En la construcción bioclimática, el aprovechamiento óptimo sólo de la energía solar llevaría, según estudios europeos, a ahorrar del orden del 80% de la energía que consumiría un hogar con fuentes energéticas convencionales. Pero para lograr este ahorro, primero es necesario disponer de un considerable volumen de datos acerca de la climatología del área geográfica en que se ubicará la casa.

Por eso, el proyecto que lidera Prieto incluye la recogida de datos en el edificio bioclimático que la Fundación Barredo tiene en San Pedro de Anes (Siero), que ha terminado de construirse este verano: “Ya estamos recogiendo datos del entorno y de cómo responde el edificio a ellos, pero obtener medidas fiables es una labor que lleva dos o tres años, o incluso más, porque no todos los años son iguales”, afirma el investigador.

Casas bioclimáticas en Asturias
El que coordina Prieto es uno de los tres proyectos que complementan desde Asturias el Proyecto Singular Estratégico del Plan Nacional de I+D+i denominado “Arquitectura Bioclimática y Frío Solar” (PSE-ARFRISOL). Una vez que hayan reunido los datos suficientes, los investigadores los aplicarán a modelos de simulación que permitirán aprovechar al máximo la energía en las casas bioclimáticas que se construyan en Asturias.

En cuanto al 20% de energía que no podría obtenerse mediante el diseño bioclimático del edificio, “se obtendría de biomasa para calefacción en invierno y de frío solar, que proporcionaría el aire acondicionado en verano”, puntualiza Prieto. Para profundizar en el conocimiento de estas otras fuentes energéticas, están activos otros dos proyectos de investigación en la Universidad de Oviedo también complementarios de ARFRISOL. Uno de ellos estudia las instalaciones de frío solar bajo la coordinación de Jorge Pistono Favero, profesor de la Escuela Politécnica Superior de Ingeniería de Gijón. Y en cuanto a la biomasa, Julio Bueno de las Heras, catedrático de Ingeniería Química, coordina otra investigación. En suma, las tres iniciativas concentran una inversión de 447.572,88 euros por parte del PCTI del Principado.

Cuestión de mentalidad
“Lograr edificios con un ahorro de energías convencionales cercano al 100% no tiene por qué implicar un encarecimiento superior al 10% en la construcción del edificio”, afirma Prieto. Pero, a pesar del ahorro económico y respeto medioambiental que conllevan estos edificios, en España este tipo de construcción aún dista mucho de generalizarse.

Como señala este investigador, “en países centroeuropeos, la arquitectura bioclimática es una marca de calidad que no implica un gran encarecimiento de las casas. Por eso se venden mejor, y los promotores son sensibles a ello. Y aunque en España ya existen edificios de este tipo desde hace años, aún tienen una implantación muy escasa”.

Paradójicamente, el concepto en el que se basa todo el trabajo de estos investigadores ha estado muy presente en la arquitectura tradicional, que con los recursos disponibles en cada época y lugar permitía ahorrar el máximo de energía posible: En este sentido, “en Finlandia algunas casas están semienterradas, mientras que en Asturias tienen las típicas galerías orientadas al sur, para aprovechar mejor el calor del sol, y en Castilla-León los muros son muy gruesos para atenuar las variaciones de temperatura”, comenta Prieto.

Más información
ARFRISOL es el Proyecto Singular Estratégico de I+D sobre Arquitectura Bioclimática y Frío Solar (PSE-ARFRISOL) que está incluido en el Plan Nacional de Energía. El coste previsto de la investigación es de 25 millones de euros, que financia en un 50 % el Ministerio de Ciencia. Este proyecto aglutina la recogida de datos de edificios ubicados en Andalucía, Castilla y León, Madrid y Asturias.

Además de los investigadores del CIEMAT (el Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas), que coordina la investigación, en el proyecto participan empresas españolas constructoras y tecnológicas junto a diferentes universidades y fundaciones: Acciona, Dragados, FCC, OHL, Atersa, Gamesa, Isofotón, Unisolar, Universidad de Almería, Universidad de Oviedo y la Fundación Barredo-Asturias.

Fuente: FICYT
Derechos: Creative Commons
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