Si desea perder peso, le resultará útil pensar en comer su dulce favorito. Este descubrimiento, publicado esta semana en la revista Science, invierte el supuesto que sostenía que pensar en la comida hace que se coma más. Así que póngase en marcha e imagínese devorando hasta el último bocado: todo en nombre de su dieta.
3 de diciembre de 1967, Ciudad de El Cabo, Sudáfrica: el cirujano Christiaan Barnard realiza el primer trasplante de corazón de la historia
Una versión modificada de la tarea de reconocimiento espontáneo, en la que se desacopla la exploración del objeto repetido de la exploración del objeto nuevo.
El diagrama muestra la localización de la corteza cingulada anterior, un área clave en la percepción del dolor.
Un estudio liderado por investigadores de la Universidad de Toronto (Canadá) ha identificado en ratones una enzima activa en el cerebro que mejora y mantiene la sensibilidad al dolor después de la lesión de un nervio. El trabajo, publicado en la revista Science, puede ser la clave para el tratamiento del dolor crónico.
Un nuevo artículo de la revista Science ofrece una explicación alternativa al proceso por el cual las personas con daño cerebral olvidan ciertas cosas. Hasta ahora, cuando un daño en el cerebro producía episodios de lo que conocemos como mala memoria, los expertos consideraban que era debido a una pérdida o inaccesibilidad de información en el cerebro.
Los niveles en sangre elevados del antioxidante alfa-caroteno, presente en alimentos como las zanahorias, el brócoli o las espinacas, se relacionan con un menor riesgo de muerte durante un período de 14 años. Así lo indica un nuevo estudio, publicado hoy en la edición on line de la revista Archives of Internal Medicine, que muestra que el mayor consumo de frutas y verduras previene la muerte prematura.
Los niveles altos de alfa-caroteno están asociados a la longevidad.
La variedad de bacterias del intestino no depende tanto de la comida que se ingiere como de la especie de animal que les alberga. Así lo refleja un estudio liderado por científicos de la Universidad de Yale (EE UU) que ahora publica la revista PLoS Biology. La investigación se ha basado en el análisis de la materia fecal de cinco especies de grandes simios.
La variedad de bacterias del intestino no depende tanto de la comida que se ingiere como de la especie de animal que les alberga.