En la imagen, Bifidobacterium bifidus. / PNAS
Una investigación realizada en Bristol (Reino Unido) revela que beber entre tres y siete vasos de alcohol a la semana durante el embarazo no parece tener efectos –ni perjudiciales, ni beneficiosos– en el desarrollo neurológico del bebé. Aunque el estudio detectó un aparente efecto positivo, los investigadores lo atribuyen la mejor posición social de las embarazadas que beben con moderación.
Un equipo español ha descrito cómo se acelera la calcificación en los vasos sanguíneos en el síndrome de envejecimiento prematuro Hutchinson-Gilford o progeria, una enfermedad genética que afecta a uno de cada 4-8 millones de nacidos. No existe cura y los niños fallecen a una edad media de 13 años.
Investigadores de la Universidad de Barcelona y del Instituto de Bioingeniería de Cataluña han estudiado el proceso de migración celular colectiva en el que las células realizan movimientos sincronizados en una dirección particular. Sorprendentemente, los investigadores descubrieron que estos movimientos son parecidos al juego del pilla-pilla.
A partir de ahora, el ADN de cualquier persona que sea detenida en EEUU será incorporado a sus bases de datos criminales, sin importar el motivo y sin necesitar la autorización de un juez. Los mayores expertos en criminología y genética forense de España, reunidos esta semana en la Fundación Ramón Areces de Madrid, explican lo que supondría en el país una sentencia parecida.
Un estudio liderado por el CSIC muestra el potencial de los inhibidores de la enzima PARP para evitar la metástasis del cáncer de piel en el pulmón. Los resultados, probados en ratones, han sido publicados en la revista PLOS Genetics.
La administración de células madre mesenquimales modificadas genéticamente regenera el tejido pulmonar y detiene el proceso inflamatorio en ratones con lesión pulmonar aguda. Los resultados del estudio se han publicado recientemente en el 'American Journal of Respiratory Cell and Molecular Biology'.
Las células sanas viven en un delicado equilibrio entre los genes que promueven el crecimiento, los oncogenes, y los que lo frenan, los antioncogenes o genes supresores tumorales. Este equilibrio se rompe en las células tumorales. Las causas son muchas, como por ejemplo la existencia de mutaciones, pero destaca la adquisición de una señal química, la metilación, que bloquea la actividad de los genes que frenan el cáncer. Se desconoce, sin embargo, qué sucede en las células una vez han adquirido esta alteración epigenética.