Teruel es tierra de dinosaurios. Así lo demuestran los más de 50 yacimientos que albergan los restos fósiles de estos animales milenarios en la provincia aragonesa. Pero para Luis Alcalá, director gerente de la Fundación Conjunto Paleontológico de Teruel-Dinópolis aún queda mucho por excavar. Uno de sus últimos trabajos, que se publica en el próximo número de la revista Estudios Geológicos, aporta nuevas claves sobre el dinosaurio carnívoro al que pudo pertenecer el diente de casi 10 cm hallado en Riodeva.
El IV Informe de Sostenibilidad en España 2008, presentado ayer por el Observatorio de la Sostenibilidad en España (OSE), destaca los riesgos a los que España se enfrenta todavía como las consecuencias del cambio climático, el estrés hídrico, la contaminación, o la dependencia energética. Sin embargo, aparecen repuntes favorables en el uso de energías renovables que podrían conducir el país hacia una economía sostenible.
Investigadores estadounidenses y británicos han reconstruido los niveles atmosféricos del dióxido de carbono de los últimos 2,1 millones de años, y concluyen que los niveles actuales superan con creces los de hace miles de años; coinciden además con intervalos cálidos. El estudio, que se publica ahora en Science, es el último en descartar que la reducción de CO2 causara edades de hielo más largas e intensas hace 850.000 años.
Nueve parajes de Aragón, entre los que destaca el yacimiento del Cámbrico de Murero, han sido recogidos por el inventario español de lugares de interés geológico, con un total de 142 puntos de toda la geografía española. Este inventario será analizado estos días en Daroca por cerca de un centenar de expertos de todo el país, dentro de la VIII Reunión de la Comisión de Patrimonio Geológico, que organiza la Sociedad Geológica de España.
Un equipo internacional liderado por astrofísicos españoles ha descubierto que el origen de algunos de los elementos radioactivos encontrados en los meteoritos más primitivos, cuyo origen data de la época de formación del Sistema Solar, pudo proceder de una estrella de seis masas solares atravesando la última fase de su vida a su paso por la vecindad solar.
La búsqueda de una galaxia nunca vista o el rastreo de planetas extrasolares, entre las propuestas que reciben las primeras observaciones. El GTC muestra una de sus primeras imágenes antes de su inauguración oficial, que tendrá lugar el próximo 24 de julio y contará con la presencia de SS.MM. los Reyes de España.
El océano Atlántico almacena un 13% más de dióxido de carbono antropogénico (el generado por la actividad humana) de lo que se pensaba hasta la fecha. Es la conclusión de un estudio internacional en el que han participado investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y que concluye que la cantidad de CO2 antropogénico presente en el Atlántico es de 54 gigatoneladas, en lugar de las 47 estimadas hasta ahora (cada gigatonelada son 1015 gramos). Es decir, que las mediciones obtenidas a finales del siglo XX estaban un 13% subestimadas. La investigación, que se enmarca en el proyecto CARBOOCEAN de la Unión Europea, se publica en la revista Biogeosciences.
Un centenar de alumnado de Bachillerato de 44 centros aragoneses conocerá la realidad científica de los laboratorios dentro de la Semana de Inmersión en la Investigación, que desde hace ocho organiza la Facultad de Ciencias de la Universidad de Zaragoza. El objetivo es permitir que la experimentación durante unos días en talleres de bioquímica, física, óptica, geología, matemáticas, estadística y química.
Un equipo de investigadores del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) ha estudiado por primera vez el espectro de la Tierra reflejado en la Luna, como medida de referencia para la búsqueda de vida en otros planetas fuera del Sistema Solar. El método consiste en analizar la atmósfera terrestre como si se tratara de un planeta lejano, ver cuáles son sus principales marcadores biológicos (oxígeno, dióxido de carbono, agua, metano, etc.) y extrapolar el modelo a los nuevos planetas que se descubran, comparando si se dan las condiciones idóneas para que pueda existir vida.
El estudio ha permitido obtener información de gran interés sobre la biología de las especies. Asimismo, establece una serie de pautas para la gestión de la pesca, siendo este último aspecto especialmente importante por su posible repercusión económica -a medio y largo plazo- y ecológica.