Las grietas, los resquebrajamientos y las amenazas de ruina de ciertos edificios situados en los alrededores de la ciudad de Zaragoza se deben, en muchos casos, al desarrollo de dolinas, unas pequeñas depresiones formadas en la superficie de las zonas cársticas. Después de 20 años de estudio, ésta es la conclusión de un equipo de científicos de la Universidad de Zaragoza para quienes estos procesos son cada vez más rápidos y se extienden más, implicando mayores riesgos para las zonas urbanizadas.
Científicos del Instituto Español de Oceanografía (IEO), en colaboración con investigadores del CSIC, las universidades de Málaga e Islas Baleares, el Instituto Nacional de Meteorología y Puertos del Estado, han elaborado un amplio estudio sobre la evolución de la temperatura, nivel del mar y salinidad del Mediterráneo, desde mediados del siglo XX hasta ahora. Las conclusiones, obtenidas gracias a las mediciones directas y objetivas que el IEO realiza desde 1948, apuntan que esta zona ha sufrido un considerable aumento de la temperatura del agua y del aire desde la década de los '70, así como una rápida subida del nivel del mar desde los '90. El estudio se recoge en el libro Cambio Climático en el Mediterráneo Español,
Un equipo de científicos españoles ha establecido un método de análisis de los riesgos geológicos que afectan al patrimonio histórico, gracias a un ‘Índice de Riesgo Natural’ y a un ‘Factor de Seguridad’. El estudio del caso se ha centrado en la Cueva cántabra de Altamira.