¿Por qué estos insectos pican más a unas personas que a otras? ¿Qué es lo que más les atrae y cómo nos encuentran? Diferentes equipos científicos han estudiado el comportamiento de estos animales con respecto al olor y el calor corporal humano, e incluso han desarrollado películas protectoras que podrían ahuyentarlos. Los expertos recomiendan usar aceites y jabones de coco, evitar aguas estancadas en los hogares y, en última instancia, recurrir a repelentes registrados.
Las abejas y avispas hembra son las que habitualmente pican a sus atacantes, incluidas las personas. Un nuevo estudio indica que en la especie Anterhynchium gibbifrons, protagonista de #Cienciaalobestia, también los machos utilizan esta técnica, al usar sus espinas genitales afiladas para atacar y picar a las ranas arborícolas que las amenazan.
Los mosquitos Aedes aegypti utilizan el olfato para encontrar a personas a las que picar. Un nuevo estudio ha identificado el gen que les permite detectar el olor de los ácidos lácticos presentes en la sudoración. Este trabajo podría facilitar la creación de repelentes más eficaces para prevenir el contagio de enfermedades infecciosas transmitidas por estos vectores.
Un equipo de científicos estadounidenses ha identificado sustancias capaces de reducir la sed de sangre de los mosquitos. Estos compuestos engañan a los insectos y les hacen creer que han saciado su furioso apetito y disminuyen así sus ansias de picar. Los expertos sugieren que esta nueva estrategia podría suponer un antes y un después en la prevención de enfermedades infecciosas transmitidas por estos vectores.
Las medusas entorpecen cada año las vacaciones de miles de turistas que escogen playa y mar para sofocar las altas temperaturas veraniegas. Un investigador de la Universidad de Alicante advierte que, aunque a escala global no se ha producido un aumento de medusas en la costa mediterránea, sí se ha detectado que en algunas playas hay tendencias al alza, algunas con máximos puntuales, y otras con presencia elevada de medusas de manera sostenida.
Un estudio ha demostrado que las rayas de muchos équidos, como las cebras, han evolucionado para evitar la picadura de las moscas. Investigadores de la Universidad de California (EE UU) han llegado a esta conclusión tras descartar otras cuatro hipótesis que trataban de explicar el origen de este patrón.