¿Qué tipos de construcciones tienen mayor o menor predisposición a sufrir daños tras un terremoto? Investigadores de la Universidad Politécnica de Madrid proponen una metodología para establecer los modificadores urbanos que afectan a la habitabilidad de los edificios en áreas con riesgo sísmico.
Un estudio ha identificado en el subsuelo del canal de Sicilia un gran cuerpo de sedimentos arrastrados por el enorme flujo de agua que rellenó la cuenca del Mediterráneo oriental hace 5,3 millones de años durante la denominada Megainundación Zancliense. Este evento puso fin a la Crisis de Salinidad del Messiniense, una etapa durante la cual el mar Mediterráneo, tras haber quedado aislado del océano Atlántico, se desecó y quedó convertido en un gran lago salado.
Un estudio del campo magnético de la Tierra en el pasado, también conocido como investigación paleomagnética, realizado en el yacimiento de la Gran Dolina sitúa la industria lítica hallada en este lugar de la Sierra de Atapuerca al final del Pleistoceno inferior, hace entre 780.000 y 900.000 años. Esto implica que la dispersión humana por el sur de Europa tuvo lugar hace menos de un millón de años.
La mayoría de los estudios sobre el cambio climático describen los impactos económicos y los costes de la aplicación de las políticas de mitigación en términos de Producto Interior Bruto. Un nuevo trabajo, liderado por Jeroen van den Bergh de la Universidad Autónoma de Barcelona plantea que se evalúen estos efectos en términos de bienestar humano.
En Porto Maior en As Neves (Pontevedra), se descubrieron numerosas piezas de gran tamaño de utensilios del Pleistoceno Medio muy bien conservadas. Un equipo de investigación, liderado por el Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana, ha datado dicho yacimiento por resonancia paramagnética electrónica y luminiscencia, y lo sitúa como el más antiguo con actividad humana de Galicia.
Un estudio liderado por el Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales constata que la disminución de las deposiciones de contaminantes, y sobre todo el incremento de CO2 atmosférico, han estimulado la fotosíntesis y el secuestro de carbono por parte de los bosques. El ritmo de captura y de emisión de carbono por parte de los bosques depende en gran parte de la composición cambiante de la atmósfera. Es clave, pues, entender cómo circula el carbono entre la atmósfera, los seres vivos, los océanos y los suelos para anticipar los efectos del cambio climático.
Científicos del departamento de Biología de la Universidad de Cádiz han identificado nuevos compuestos fenólicos de la angiosperma marina Cymodocea nodosa, según publica la revista Plos One. Estas plantas viven sumergidas en el mar y son muy beneficiosas para nuestro nuestro entorno, sin embargo, también se encuentran entre los ecosistemas más amenazados del mundo como consecuencia de la presión humana.
El pasado mes de abril, investigadores del ITER-INVOLCAN proponían la existencia de un enjambre sísmico anómalo en la isla de Tenerife con más de 1.800 terremotos entre 2010 y 2011, y lo relacionaban con un supuesto aumento previo de emisiones difusas de CO2 en el rift noroccidental de la isla. Científicos del Instituto Geográfico Nacional demuestran ahora que esa sismicidad anómala nunca ocurrió y que se trata de una cantidad habitual de terremotos de muy baja magnitud en la isla y que ha disminuido paulatinamente desde la crisis sísmica de Tenerife de 2004.