Un equipo de investigadores estadounidenses y alemanes han añadido un elemento más a la lista de rasgos compartidos entre humanos y primates: la risa de los bebés. Los investigadores se dieron cuenta de que los bebés humanos y simios estallan en carcajadas cuando se les hace cosquillas. ¿Podían considerarse los sonidos juguetones de estos últimos como una ‘risa’? Para responder a esta pregunta, analizaron grabaciones de sonidos de vocalizaciones provocadas por las cosquillas, producidas por bebés y jóvenes orangutanes, chimpancés, gorilas y bonobos, así como bebés humanos. Posteriormente, un análisis filogenético cuantitativo de los datos acústicos mostró que las expresiones provocadas por las cosquillas en humanos y primates tiene un origen evolutivo común. Los datos también apuntan a que, aunque el origen de la risa es compartido, cuando la evolución de los humanos se separó de la de los primates, la risa humana evolucionó exagerando sus rasgos acústicos.
Como señala Marina Davila Ross, de la Universidad de Portsmouth, “como mínimo, uno puede concluir que es apropiado considerar la ‘risa’ un fenómeno que atraviesa varias especies”. Sus resultados se publican en Current Biology. (En la imagen, bebé gorila juega con su madre, en el Smithsonian National Zoo).