Un nuevo estudio de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés), agencia científica del Departamento de Comercio de EEUU, demuestra que reducir las emisiones de otros gases diferentes al dióxido de carbono (CO2), “rey indiscutible” del cambio climático, podría ralentizar el efecto invernadero.