Los europeos tienen un poco más limpios los pulmones del humo del tabaco. Así lo demuestra un estudio que ha medido durante dos años el nivel de monóxido de carbono de más de 200.000 ciudadanos de la Unión Europea, es decir, el humo que cuando se enciende un cigarro entra en el organismo. Una primera conclusión: se fuma menos, aunque no se note mucho en la calle. El dato más sorprendente del estudio: la forma de fumar marca diferencias entre hombres y mujeres. Se nota al medir el tóxico: Una fumadora tiene menos monóxido de carbono en sus pulmones que un hombre, con un consumo igual de cigarrillos. Los problemas son comunes. Según los expertos los hombres que quieran dejar de fumar necesitarán reforzar la ayuda farmacológica y las mujeres el apoyo psicológico.