Una vez más la Tierra nos recuerda que no habitamos un planeta estático, y que sus procesos geodinámicos golpean a nuestra sociedad dramáticamente con una tozuda recurrencia. Tras la activación de varias fallas, los movimientos sísmicos que han afectado a Turquía y Siria han producido aceleraciones en el suelo con valores especialmente altos, lo que podría explicar la gran cantidad de daños, con la pérdida de miles de vidas humanas.
Investigadores de EE UU han comprobado mediante simulaciones por ordenador que las propiedades de las partículas lunares son adecuadas para funcionar eficazmente como parasol y bloquear así la radiación solar. El equipo propone que el polvo podría ser lanzado desde la superficie lunar o desde una estación espacial situada entre la Tierra y el Sol.