La estabilidad del ácido barbitúrico frente a la dañina luz ultravioleta, que en la Tierra primitiva incidía sin la protección de la capa de ozono, apoya su posible papel como precursor de las nucleobases del ARN y el ADN, el material genético de los seres vivos. Así lo muestran las simulaciones computacionales realizadas por químicos de la Universidad Autónoma de Madrid.