Con imágenes de resonancia magnética funcional, investigadores de Finlandia han comprobado cómo la actividad cerebral varía según el tipo de relación de afecto. Mientras que la vinculación paternal y romántica impulsa intensamente el sistema de recompensa, el sentimiento por mascotas y por la naturaleza despiertan otras áreas del cerebro.
El neurocientífico Gustavo Deco bromea: “Sobre el cerebro básicamente no sabemos nada”. Este argentino, doctor por partida triple –en Física, Computación y Psicología–, espera que la unión de esfuerzos de todas las disciplinas desvele los secretos del órgano más complejo. Ahora, investiga la enrevesada red de conexiones que se activan cuando hacemos algo tan aparentemente sencillo como distinguir objetos con la vista.