La sala de prensa durante la intervención de Obama.
Los países siguen sin ponerse de acuerdo, y de hecho las negociaciones se han complicado desde primera hora de la tarde, aunque la Unión Europea mantiene el recorte de emisiones de CO2 y sus números de la financiación. Brasil, y sobre todo China, son los países que más están dificultando el proceso, pero nada está decidido todavía. No hay nada perdido pero la noche será larga.
La llegada del presidente estadounidense Barack Obama al final de la cumbre parece haber precipitado y acelerado las negociaciones. La reunión iniciada anoche por 25 líderes mundiales de EE UU, China, Brasil, la Unión Europea, Alemania, Francia, Reino Unido y España, entre otros, ha dado lugar a un borrador en el que ya se está hablando de cifras de recortes de emisiones y de financiación. Pero de cara a un acuerdo, EE UU mantiene su postura mientras que Brasil está incluso dispuesto a contribuir al fondo de financiación para ayudar a otros países.
José Luis Rodríguez Zapatero en Copenhague.
El presidente de Brasil, Lula da Silva, durante su intervención en Copenhague.
Manifestaciones a la entrada del Bella Center en Copenhague.
De todos los jefes de Estado y ministros que “desfilan” estos días por la Cumbre del Clima de Copenhague, pocos son mujeres. SINC intercambia impresiones con Svandís Svavarsdóttir, Ministra de Medio Ambiente de Islandia. La pequeña isla del norte de Europa ya está acusando los efectos del cambio climático.
La mayoría de los países europeos, entre ellos España, ha dejado clara su posición en un día en el que por fin se ha establecido un formato en el que es posible la negociación. Europa insiste en el compromiso de EE UU y China, y recuerda que queda muy poco tiempo. Tras la cena de gala que ha convocado en Copenhague la reina de Dinamarca, Margarita II, los jefes de Estado se reunirán para lograr un compromiso común que podría nacer mañana.
Así lo ha confirmado esta mañana Hillary Clinton, secretaria de Estado de EE UU en la Cumbre del Clima de Copenhague. Clinton ha asegurado que EE UU se unirá al fondo mundial de 100.000 millones de dólares que se destinarán a los países más “pobres y vulnerables” a partir de 2020. La “transparencia” por parte de todos los países es la cuestión en la que insiste EEUU.
A dos días de la culminación de la cumbre de Copenhague, las Naciones Unidas han prohibido el acceso de las organizaciones sociales y ONGs, que temen que la conferencia sobre cambio climático se convierta en un “búnker”. Mientras, los gobiernos no parecen ponerse de acuerdo, sobre todo los pertenecientes al G77, entre ellos Brasil y China.