Sin necesidad de prismáticos ni telescopios, desde el hemisferio sur se pueden observar las dos estrellas del sistema HR 6819, localizado a tan solo 1.000 años luz de la Tierra. Ahora los astrónomos acaban de descubrir que escondía un tercer objeto: un agujero negro, el más cercano a nosotros encontrado hasta ahora.
Tras observar durante casi 30 años los movimientos de la estrella S2 orbitando en torno al agujero negro supermasivo del centro de nuestra galaxia, los astrónomos han confirmado que se mueve como predijo la relatividad general de Einstein. Su órbita tiene forma de rosetón, y no de elipse, como decía la teoría de la gravedad de Newton.
El agujero negro J1820, que forma un sistema binario con una estrella de tipo solar, ha expulsado un chorro de partículas a enormes distancias y velocidad. Una campaña de observación durante medio año ha permitido seguir la evolución de este material, que muestra cómo el agujero negro es capaz de realimentar el medio interestelar.
La revista Science ha seleccionado los diez avances científicos más importantes de este año. En las primeras posiciones, la fotografía del agujero negro, el rostro de los denisovanos y la explicación de la desaparición de los dinosaurios. Además, la publicación señala tres grandes tareas pendientes de la ciencia.
Con la ayuda del Gran Telescopio Canarias, un equipo internacional de científicos liderado desde el Observatorio Astronómico Nacional de China ha detectado un nuevo agujero negro estelar en nuestra galaxia. Se llama LB-1 y tiene una masa 70 veces más grande que la del Sol, un valor mucho mayor de lo que se calculaba hasta ahora para este tipo de objetos.
Agujero negro masivo LB-1 junto con su estrella compañera en primer plano. / Jingchuan Yu
Un nuevo proyecto llamado Galacticnucleus ha logrado estudiar la población estelar que rodea al agujero negro supermasivo del centro galáctico con un detalle sin precedentes. Hasta ahora, la influencia de la atmósfera terrestre ocasionaba imágenes demasiado borrosas que impedían diferenciar las estrellas cercanas más brillantes.
Un nuevo estudio, en el que ha participado el Instituto de Astrofísica de Andalucía del CSIC, confirma la validez de la teoría de la relatividad, gracias al estudio durante 26 años de la órbita de una estrella que ha permitido calcular con detalle la gravedad en entornos extremos.
El 26 de abril de 2019 los detectores LIGO (EE UU) y Virgo (Italia) registraron la que podría ser la primera señal observada hasta ahora de ondas gravitacionales procedentes de la colisión de un agujero negro y una estrella de neutrones. Si se confirma, sería un acontecimiento largamente esperado por los astrofísicos.