Más allá de la Vía Láctea se han detectado agujeros negros mediante ondas gravitacionales o por sus emisiones de rayos X, pero ahora un equipo de astrónomos lo ha logrado observando cómo afecta al movimiento de una estrella vecina. Así se ha encontrado uno que estaba oculto en un cúmulo estelar de la Gran Nube de Magallanes.
Astrónomos del proyecto Very Large Array Sky Survey (VLASS) han detectado una fuente de radio compatible con una explosión estelar fruto de la fusión entre un objeto compacto –una estrella de neutrones o agujero negro– y una estrella masiva. Este tipo de supernova se había planteado en modelos teóricos, pero hasta ahora no se había observado.
El telescopio espacial Fermi de la NASA detectó el año pasado un pulso de radiación de alta energía que, con una duración de tan solo un segundo, batió un récord: fue la explosión de rayos gamma más corta jamás vista al morir una estrella masiva. Ahora un equipo internacional, con participación del Instituto de Astrofísica de Andalucía (CSIC), analiza el descubrimiento.
Los detectores Virgo en Europa y LIGO en Estados Unidos han registrado por primera vez ondas gravitacionales generadas por el llamado ‘sistema binario perdido’: una combinación de estrella de neutrones y agujero negro. Los dos eventos observados se denominan GW200105 y GW200115 por las fechas en las que se detectaron: 5 y 15 de enero de 2020.
El Telescopio del Horizonte de Sucesos (EHT), que hace dos años produjo la primera imagen de un agujero negro, ha alcanzado un nuevo hito en observación astronómica tras analizarlo ahora en luz polarizada. De esta forma se han podido detectar sus campos magnéticos, que permiten a este oscuro objeto de la galaxia M87 devorar materia y lanzar poderosos chorros.
Un equipo de astrónomos han localizado el cuásar emisor de chorros de radio más distante jamás descubierto. Su luz ha tardado 13.000 millones de años en llegar hasta nosotros y, aunque todavía quedan muchos interrogantes, su descubrimiento ayudará a comprender mejor el universo primitivo.
Un equipo de astrofísicos ha detectado un neutrino de alta energía procedente del mismo lugar donde un agujero negro ‘devora’ una estrella. Para que se produzcan estas esquivas partículas se necesitan rayos cósmicos acelerados, así que la fuente podría ser la misma.
Con la ayuda de diez antenas operando conjuntamente en EE UU se han realizado nuevas medidas del primer agujero negro descubierto, Cygnus X-1. Los resultados revelan que está más lejos y es un 40 % más masivo de lo que se pensaba. Sus 21 masas solares desafían los modelos de evolución estelar.
Astrónomos de la Universidad de Arizona han encontrado un cuásar a una distancia récord: unos 13.030 millones de años-luz de la Tierra. Se formó solo 670 millones de años después del Big Bang y alberga un desafiante agujero negro supermasivo con una masa equivalente a 1.600 millones de soles.
Los detectores Virgo y LIGO de ondas gravitacionales registraron 39 eventos entre abril y octubre de 2019. Estas numerosas observaciones se corresponden con colisiones de agujeros negros o estrellas de neutrones y abren la puerta a nuevos estudios sobre poblaciones de objetos astrofísicos y de física fundamental.