Un nuevo estudio analiza si una resaca después de una borrachera puede mediar en el tiempo que trascurre hasta el siguiente trago de alcohol. En contra de la creencia popular, los resultados indican que el malestar generado tras un episodio etílico posee un efecto muy modesto sobre la bebida posterior.
Hoy llega a los cines la segunda entrega de Nymphomaniac, la última película del director danés Lars Von Trier. Los expertos tienen claro que la ninfomanía no es un trastorno psiquiátrico y tampoco lo es la adicción al sexo. Sin embargo, hay pacientes que buscan ayuda médica porque su compulsividad sexual les hace infelices.
La principal sustancia adictiva del tabaco, la nicotina, aprovecha sus receptores y complejos proteicos del cerebro para causar la adicción. Así lo recoge un estudio, elaborado en ratones, que podría ayudar al diseño de nuevas terapias para dejar de fumar.
Por primera vez ha sido identificada una proteína cannabinoide, un receptor del tipo CB2, que podría convertirse en una nueva diana terapéutica para el tratamiento de la dependencia a la nicotina. El trabajo, realizado en ratones, se ha publicado en la revista Neuropsychopharmacology.
Investigadores de la Universidad de Granada han analizado las similitudes y diferencias psicológicas y de funcionamiento cerebral que existen entre las personas adictas a la cocaína y las que son adictas a los juegos de azar. Las conclusiones revelan que las personas adictas al juego presentan anomalías en su funcionamiento cerebral que afectan a su capacidad de tomar decisiones.
El biólogo Jorge Barcia combina la docencia de Anatomía y Embriología Humana en la Universidad Católica de Valencia San Vicente Mártir con la investigación sobre los efectos de las drogas en el tejido nervioso. Su compromiso personal con la prevención de conductas adictivas, especialmente entre la juventud, le ha llevado a implicarse en acciones de sensibilización y formación desde la Fundación Sida y Drogas. El investigador también participa actualmente en un ambicioso proyecto de estrategias de rescate y regeneración tisular en diversas enfermedades.
“Cuando haces pop, ya no hay stop”, pero ¿por qué? Comer patatas fritas activa los sistemas de recompensa y adicción en el cerebro, lo cual induce a tomar una tras otra sin parar. Científicos alemanes han observado esta reacción en ratas y han demostrado que esta adicción no puede estar causada solo por su alto contenido en grasas y carbohidratos, como se pensaba.
El consumo continuado de cocaína disminuye la actividad en la corteza prefrontal del cerebro, y esta relajación induce la búsqueda de la droga de manera compulsiva. Científicos de EE UU han comprobado que encender de nuevo estas neuronas previene el impulso de ir en busca de la droga, por lo que podría ser una prometedora forma de terapia contra la adicción.