Los módulos que las grandes agencias espaciales tienen previsto levantar en la Luna podrían incorporar un elemento aportado por los propios colonizadores humanos: la urea de su pis. Investigadores europeos han comprobado que se podría utilizar como plastificante en el hormigón de las estructuras.
Las futuras colonias de nuestro satélite o de Marte podrán cultivar vegetales gracias al trabajo de biólogos como este español del CSIC, que acaba de recibir un premio de la NASA. “No se podrán lanzar semillas a la superficie y esperar a que crezcan”, aclara. Tendrán que desarrollarse en invernaderos, después de superar los daños generados por la ausencia de gravedad.
Este 21 de julio los lectores de cierta edad recordarán dónde estaban y qué hacían cuando, medio siglo atrás, Neil Armstrong estampó su pisada en la polvorienta superficie selenita; y una pequeña pero ruidosa minoría insistirá en que nos tomaron el pelo. Que este negacionismo mantenga su tirón pese a las refutaciones hace pensar en la raíz del problema: la desconfianza en los expertos y las instituciones.
En los años 60 entró a trabajar como ‘Luisito’ en las instalaciones de la NASA en España para seguir los vuelos tripulados del programa Apolo, y en los 90 se jubiló siendo Don Luis Ruiz de Gopegui, máximo responsable de las actividades de la agencia espacial en nuestro país. En el 50 aniversario de la llegada del primer ser humano a la Luna, Gopegui rememora cómo vivió aquella jornada histórica en la estación de Fresnedillas.
La exploración espacial se ha animado en los últimos años. Crear una ‘estación de servicio’ lunar, explotar recursos extraterrestres o volver a pisar la Luna –y que lo haga una mujer– están entre los planes de algunos países. La política ya no entiende las misiones como un simple escaparate. Llegar ya no es el fin, sino el principio.
Es uno de los españoles que participaron en el programa Apolo desde la estación madrileña de Fresnedillas de la Oliva. Este ingeniero de operaciones no solo vivió de cerca la llegada de los primeros humanos a la Luna, sino que lo supo contar: documentó con todo detalle las luces de la aventura espacial y las sombras de algunos de sus compañeros.
Que la llegada a la Luna es un hito histórico no hay quien lo discuta. ¿Pero cómo ha influido en la cultura popular? Un repaso nos revela las numerosas huellas que dejó, desde la música al cine, pasando por el baile, el arte, la filatelia y la numismática.
La llegada de Armstrong y Aldrin a la Luna, el accidente del Apollo XIII y los avatares de los trasbordadores espaciales son algunas de las misiones de la NASA en las que participó Carlos Gonzalez desde España. En concreto, desde las estaciones madrileñas de Fresnedillas de la Oliva y Robledo de Chavela, donde gestionaba las comunicaciones entre Houston y los astronautas.
El gobierno estadounidense ha anunciado esta semana una aportación adicional de 1.600 millones de dólares al presupuesto de la NASA, un empuje económico para que la agencia espacial estadounidense pueda volver a mandar vuelos tripulados a la Luna en 2024. El nombre de la nueva misión es Artemisa, en honor a la diosa griega hermana de Apolo, y donde se embarcará la primera mujer de la historia que pisará nuestro satélite.
Los 1.554 habitantes de Fresnedillas de la Oliva se preparan para celebrar el 50 aniversario de la llegada a la Luna. Fue en este pequeño pueblo donde se recibió la esperada señal del aterrizaje del Apolo 11 a través de la antena que la NASA instaló en sus tierras. Aquello cambió la vida de sus vecinos, que hoy recuerdan cómo colaboraron en aquel gran paso para la humanidad.