Investigadores de la Universidad de Salamanca y un centro chileno han diseñado un proceso para transformar el glicerol en polímeros de alto valor añadido para la industria. El avance se enmarca dentro de un proyecto de evaluación tecnico-económica de producción de este alcohol.
Una patente, de titularidad compartida entre la Universidad de Sevilla y la Universidad de Córdoba, identifica en una almazara una cepa microbiana del género Terribacillus que genera biodiésel de forma limpia, con un rendimiento más alto y un coste de producción más bajo que el empleado actualmente en la industria de los carburantes.
Rafael Luque, investigador en la Universidad de Córdoba, y Rick Arneil Arancon, graduado universitario en Filipinas, han desarrollado conjuntamente una nueva forma de producción de biodiésel más limpia y barata. El sistema obtiene combustible de alta calidad a partir de aceites vegetales de fritura residuales, usando como catalizador un material carbonoso procedente de desechos de mazorcas de maíz. Todo ello, gracias a la comunicación que establecieron en la red social para científicos ResearchGate.
Conseguir la modificación genética de una microalga de origen almeriense para producir biodiésel es el objetivo de la investigación que se está desarrollando en la Universidad de Almería. En concreto, los investigadores están desarrollando un método para conseguir la transformación genética de la microalga para introducir genes que aumenten la producción de aceite a partir del cual se fabrica biodiésel.
El Instituto Vasco de Investigación y Desarrollo Agrario, Neiker-Tecnalia, coordina una investigación para cultivar microalgas que puedan ser aprovechadas para la obtención de biodiésel de una forma más rentable económicamente y más sostenible para el medio ambiente.
Más del 70% de los automóviles en España son diésel.
Un grupo de investigación de la Universidad de Alcalá coordina un proyecto pionero de depuración de agua residual para el riego de especies que pueden producir biodiésel, así como para la recarga de acuíferos mediante barreras reactivas.
Investigadores del Grupo de Tecnología de Procesos Químicos y Bioquímicos de la Universidad de Valladolid y del Laboratorio de la planta de biodiésel de ACOR en Olmedo trabajan conjuntamente en la valorización de uno de los subproductos que se obtienen del proceso del biodiésel, la glicerina, un alcohol que es la base de muchos compuestos farmacéuticos. Como explica a DiCYT María Teresa García Cubero, una de las investigadoras del grupo, “por cada cien kilogramos de biodiésel se producen unos diez de glicerina”, una cantidad importante que la industria farmacéutica no puede asumir.
Investigadores del grupo de investigación de Síntesis Orgánica, en la Universidad Jaume I de Castellón, han desarrollado en colaboración con una empresa industrial un método de síntesis para trasformar la glicerina en carbonato de glicerol. Este compuesto tiene aplicaciones en industrias plásticas y de cosméticos.