Investigadores brasileños han realizado el primer estudio de autopsia para examinar las causas exactas de la muerte en víctimas de la gripe A (H1N1). Los resultados del estudio, que serán publicados en la edición de enero de la revista American Journal of Respiratory and Critical Care Medicine, revelan que tres cuartas partes de los pacientes presentaban enfermedades subyacentes como cardiopatía o cáncer.
Células tumorales (en malva) atacadas por neutrófilos (en rojo). Foto: UCM.
El equipo de Manel Esteller, director del Programa de Epigenética y Biología del Cáncer del Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge (IDIBELL), ha descubierto una relación entre los síndromes de sobrecrecimiento y la aparición de cáncer. El estudio explica cómo la alteración del gen NSD1, responsable de la enfermedad de sobrecrecimiento denominado síndrome de Sotos, también está implicada en la aparición de los gliomas y los neuroblastomas, tumores del sistema nervioso.
Los hallazgos de estos estudios, publicados hoy en la revista Nature, muestran una visión única de la lucha entre los mecanismos de mutación y reparación del ADN que suceden cuando la enfermedad progresa. Los investigadores confirman cómo el medio ambiente influye en la progresión del cáncer, y señalan las posibles vías de reparación que intentan limitar el daño.
Células cancerígenas de melanoma.
El dispositivo filtra la sanfre y la transfiere a los nanosensores de un chip, que puede detectar y medir los marcadores del cáncer.
Del 5 al 8 de diciembre, más de 450 expertos se han reunido en la V Conferencia mundial sobre caquexia, la primera realizada en España, para debatir los últimos avances en el conocimiento de esta patología que genera un adelgazamiento progresivo. SINC charla con uno de los tres investigadores más importantes en esta especialidad, el catedrático de la Universidad de Barcelona y presidente del comité organizador de la Conferencia, Josep M. Argilés.
Investigadores del Instituto de Investigaciones Biomédicas “Alberto Sols” (CSIC-UAM) han observado que la presencia de una variante del gen HEY1 humano, que posee el 1% de la población, elimina su función como inhibidor del crecimiento de las células cancerosas y afecta a la resistencia de las mismas a drogas antitumorales.